Cuando los niños son pequeños, y están lactando, podemos observar cómo se ponen rojos para hacer caca. Este es un problema muy común, que se denomina ‘disquecia’. Se trata de un trastorno que padecen algunos bebés al nacer, pero que suele desaparecer con el paso de las semanas y sin ningún tipo de tratamiento.
Esto se produce por un fallo de coordinación en todos los músculos que se activan a la hora de defecar. Es decir, cuando el pequeño tiene ganas de hacer caca, pero no sabe cómo relajar el esfínter anal para favorecer esa salida de heces. Cabe destacar que, de forma natural, el esfínter suele estar cerrado para evitar escapes involuntarios. Por eso, aprender a relajarlo es algo que aprendemos de forma natural, aunque habrá bebés que les cueste más que a otros.
Esa disquecia suele ir acompañada de un llanto muy fuerte, que suele durar entre 10 y 20 minutos y que llega a provocar que el pequeño se ponga rojo. Sí que es cierto que hay algunos bebés que solamente tardan dos días en hacer caca correctamente, pero habrá otros que tarden un poco más. Eso sí, todos acabarán aprendiendo ese proceso de forma natural.
Además, será muy importante no ponerse nerviosos y dejar que los pequeños aprendan solos. Si les ayudamos evitaremos que aprendan cómo gestionar sus músculos. Eso sí, será esencial saber diferenciar entre la disquecia y el estreñimiento. Este último es una dificultad para expulsar heces, ya que se han vuelto secas y duras. Pero la disquecia se produce por una inmadurez del cuerpo y, en este caso, las heces no serán duras, sino que suelen ser más bien líquidas.
Es importante saber que esta complicación no necesita ningún tratamiento, ya que se soluciona en cuanto el sistema excretor del pequeño ya está maduro. Además, no habrá ninguna necesidad de preocuparse ni alarmarse. Lo mejor será tener paciencia y estar tranquilo sabiendo que no se trata de una patología, pero sí un proceso totalmente natural.
En el caso de que notes que tu bebé puede estar sufriendo esta complicación deberás flexionar sus piernas de forma suave, darle masajes en el abdomen, tener paciencia y no realizar ningún cambio en su nutrición. Tampoco será recomendable estimular su ano.