En la mayoría de ocasiones, tras el parto, llega la lactancia, que se produce en uno de los más importantes para la mujer: cuando su cuerpo se está enfrentando a una nueva realidad y en el que este se está intentando recuperar de unos meses de gestación y del alumbramiento. Así, encontraremos una infinidad de cambios, motivados, también, por la revolución de las hormonas. Por eso, serán unos meses especialmente delicados para la madre, que concentrará todos sus esfuerzos en alimentar y cuidar de su pequeño.
Una de las zonas más delicadas del cuerpo, en ese momento, serán los pechos. Se trata de una zona bastante sensible y que, por eso, ante cualquier cambio podrá verse considerablemente afectada. Y más si la madre ha decidido decantarse por la lactancia materna, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) será la manera ideal y más saludable para alimentar al bebé.
La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y el mantenimiento hasta los dos años o más. Así, el pecho se convertirá en una de las partes protagonistas y de las que más sufrirá una transformación a lo largo de la maternidad. Por eso, será muy importante cuidar bien la zona. Y no solamente después del parto, sino también durante el embarazo.
Desde las primeras semanas de embarazo, el pecho aumenta su tamaño e, incluso, pueden llegar a cambiar en forma y color. Eso sí, esta transformación no tiene que ser negativa, si tomamos todas las medidas oportunas durante la gestación y el nacimiento del pequeño.
El cuidado de los pechos debe comenzar desde el inicio de la gestación. Por un lado, serán muy recomendable las cremas antiestrías, que servirán para hidratar y favorecer la elasticidad de la piel, evitando la formación de estas atrofias cutáneas. También, habrá que utilizar un sujetador que ofrezca la sujeción y la comodidad más adecuada, con tallas apropiadas para cada fase del embarazo.
Además, el ejercicio también podrá tener un impacto positivo si queremos prevenir que los pechos se caigan demasiado durante el embarazo. Un buen deporte, por ejemplo, será la natación, ya que fortalecerá la sujeción pectoral, así como los ejercicios isométricos centrados en la musculatura que rodea el pecho. Pero, ¿qué consejos habrá que seguir tras el parto para cuidar las mamas?
Para que el pecho no te duela será muy importante que busques la posición correcta para dar de mamar. Al succionar, la boca del bebé debe coger toda la areola y no solamente el pezón. Además, la toma deberá hacerse de forma relajada e ininterrumpida, para que el pequeño no trague demasiado aire. También, su cabeza deberá estar hacia atrás y habrá que sujetar con una mano el centro de la espalda, de manera que pueda respirar y tomar la leche sin ningún tipo de dificultad. Es muy importante que el pequeño se sienta bien sujeto para que pueda moverse con total libertad.
Respecto a la higiene, sí que es cierto que no es necesario que te laves continuamente ni que uses ningún producto específico. Una ducha diaria con un poco de gel corporal pH neutro será suficiente. En el caso de que te despiertes con el pecho mojado por la mañana será porque se te ha salido la leche. Lo mejor será que le des el pecho al bebé y, luego, te duches.
También, será muy importante que conozcas bien tus pechos y que te los masajees. Esto podrás realizarlo con movimientos giratorios y hacia afuera para favorecer que la leche se movilice y salga, ya que es muy posible que se quede retenida en los conductos.
De la misma forma será muy importante que las mamas se mantengan secas. Por eso, intenta, durante el verano, no cubrirte el pecho y dejar que este se airee, para evitar la humedad. Después de cada toma, deja que este se seque y no utilices los discos protectores que absorben la leche, ya que el roce y el contacto permanente con tejidos húmedos puede provocar una fuerte irritación.
En el caso de que el ginecólogo te haya recetado cualquier medicamento, lo mejor será que te lo tomes. Eso sí, hay en ocasiones que se puede confundir la inflamación con la subida de la leche y, por eso, será muy importante distinguir una de la otra. Dar el pecho no tendrá que doler ni ser molesto, sí que podrá ser más complicada la subida de leche, que se produce entre 48 y 72 horas después del parto.
Sí que es cierto que muchas cremas no serán recomendables durante la lactancia. Sí que se podrá hacer uso de una pomada de lanolina sobre el pezón, que tendrá un efecto refrescante y, además, no será necesario que se retire para dar el pecho.
También, respecto al sujetador, será fundamental que utilices uno específico para la lactancia, que tendrá que ser de tira ancha y que sujete muy bien las mamas. Además, también se tendrá que adaptar a su volumen. Lo más indicado será que te dejes asesorar por los expertos.
Para cuidar los pechos será muy importante gozar de una hidratación extra, ya que amamantar al pequeño supondrá un plus de esfuerzo para el organismo. Así, deberás reponer líquidos y, en el caso de que te guste la fruta, lo mejor será que tomes varias piezas o que te hagas zumos naturales. También, será muy importante tomar mucha agua.