Aunque todos sabemos que la función principal del cordón umbilical durante el embarazo es preveer al feto de los nutrientes y sangre oxigenada que demanda -siendo fundamental para su propio desarrollo-, su uso tras el nacimiento del propio bebé puede ser igual de primordial. Si bien es verdad que tradicionalmente nunca se había llegado a plantear su conservación, hace años se descubrió que su papel puede ayudarnos a la hora de afrontar una futura patología o enfermedad, gracias a las llamadas “células madre sanguíneas”. Una materia prima que se encuentra presente en la propia sangre de este órgano y que podría tener éxito terapéutico a pacientes cuya médula ósea está enferma.
Estas células madre son bastante importantes ya que presentan unas características que hacen que sean únicas y especiales. A partir de ellas se generan todas las demás células del cuerpo con funciones especializadas. Por eso, si se encuentran bajo las condiciones adecuadas, se empiezan a dividir formando más células –las llamadas hijas-, que son exactamente iguales que ellas. Un material biológico puede salvar la vida a cualquier persona, ya que pueden emplearse para regenerar órganos y tejidos. En el mismo sentido, también se pueden usar contra un gran número de patologías, tanto por el donante como para sus hermanos, que también se pueden beneficiar de sus ventajas.
En la actualidad, la sangre del cordón es utilizada para tratar enfermedades en niños con trastornos sanguíneos como la leucemia, linfomas, anemias o hemoglobinopatías –entre otras-. Esta sangre es trasplantada al propio paciente, generando células de sangre nueva y sana que se encargarán de reemplazar a aquellas que se encuentran dañadas por la enfermedad de los pacientes o por haberse sometido a tratamientos agresivos médicos como la quimioterapia. A tener en cuenta que el propio bebé no podrá usar en sí mismo sus células del cordón, ya que si en futuro desarrollara una leucemia no se podrían implantar estas mismas células que han sido fuente de una enfermedad grave.
Y es que, a pesar de que en el caso de las personas con problemas de médula ósea lo más indicado sería recibir un trasplante por parte de algún familiar más cercano con el que sea compatible, estas células también pueden ser de gran utilidad si se usan en una persona que tiene este tejido enfermo o que padezca de alguna enfermedad congénita.
La recogida de la sangre del cordón se debe efectuar de manera inmediata tras el alumbramiento y no supone ningún riesgo ni para el hijo ni para la madre, pero que no estará recomendada cuando se presenten complicaciones en el parto que puedan alterar la salud de alguno de los dos y dicha extracción pueda interferir en su atención adecuada. Un procedimiento indoloro y rápido que supone una esperanza de vida para pacientes de todo el mundo. Una vez recogida esta sangre, esta es enviada a laboratorio para procesar en condiciones de total esterilidad, donde se obtendrá una muestra que se conservará en nitrógeno líquido.
Una vez que se verifica que esta muestra es válida, esta es trasladada a un banco de células madre, donde se conservara para su posterior uso en un futuro y donde estará controlada la temperatura gracias a un chip durante 24 horas del día. Como padres tendremos la oportunidad de donde queremos donar: si a bancos públicos o privados.
Los bancos públicos recogen la sangre del cordón umbilical para que la utilice cualquiera que lo necesite. Habitualmente es un servicio completamente gratuito para donantes y es usado para salvar la vida a otro niño que es desconocido para quien dona y que es compatible con su perfil genómico.
Los bancos privados, por su parte, conservan la sangre para el uso exclusivo de la familia. Este servicio tiene un coste elevado. Muchos padres y madres optan por conservarlo por si el día de mañana pudiera utilizar con el pequeño o si un miembro de una familia enfermara. Como la ley española obliga a tener disponibilidad de ellas estén presentes en cualquiera de estos dos bancos, las empresas se ven obligadas a mandarlas al extranjero.
El problema es que, como ya hemos comentado anteriormente, las células presentan una alta probabilidad de contener el mismo defecto genético que le está causando la enfermedad y no es aplicable. Únicamente serían útiles cuando proceden de un donante que tiene un alta compatibilidad, para que no cause rechazo.
Cuando una embarazada desea ser donante, debe dirigirse a uno de estos bancos y firmará, en el caso de estar de acuerdo con todo lo que se le ha informado, un consentimiento. Para la donación es imprescindible realizar: una historia clínica detallada de la madre sobre las posibles enfermedades infecciosas o de cualquier otro tipo que contraindiquen el empleo de la sangre del cordón, la realización a la madre en el momento del parto de un análisis de sangre para descartar cualquier proceso infeccioso y un examen clínico de su bebé al nacimiento, siendo opcional después de los 3 meses otro realizado por un pediatra