Durante el embarazo es muy beneficioso para nuestro cuerpo hacer ejercicio. Aunque eso sí, siempre con cabeza y no forzándolo al máximo, ya que tenemos que ser conscientes de nuestro estado. Por tanto, a no ser que te apetezca hacer una maratón o cualquier otro deporte que pueda afectar al bebé, siempre será una buena idea. Eso sí, antes de ponerte a ello deberás consultar con un especialista o con tu propio médico si es conveniente que realices algún tipo de ejercicio y cuáles son los mejores para tu estado. Además, el nivel recomendado del deporte dependerá de tu estado físico antes del embarazo.
Por tanto, no hay duda de que el ejercicio será beneficioso para ti y para tu bebé. Con el deporte podrás sentirte mejor y podrá ayudarte a controlar mejor tu cuerpo y a aumentar esa sensación de buena energía. No solo te hará sentirte mejor al liberar endorfinas, sino que permitirá aliviar ciertos dolores, como los de la espalda. Además, podrás mejorar la postura y fortalecer y tonificar ciertos músculos como los glúteos y muslos. También, prevendrá el deterioro de las articulaciones al activar el líquido sinovial que actúa como lubricante. De la misma manera, te ayudará a dormir mejor al haber aliviado el estrés y la ansiedad que te hacen estar inquieta durante la noche.
También, el ejercicio te ayudará a verte mejor ya que aumentará el flujo sanguíneo hacia la piel y podrás lucir un aspecto más fresco y saludable. Además, el deporte te ayudará a prepararte para el nacimiento del bebé; el parto será más fácil si tus músculos están fuertes y tu corazón en buen estado. El control de la respiración también podrá ayudarte a enfrentarte al dolor. Y en el caso de que se produzca un parto largo, la capacidad de resistencia será muy importante. Tras el parto, será más fácil recuperar tu silueta si te has estado cuidando durante los meses de gestación. Por eso, el deporte será una buena manera de mantenerte en forma.
Respecto al plan de ejercicios, se tendrá que tener en cuenta si la mujer realizaba deporte antes del embarazo. Por eso, habrá que comenzar despacio y aumentan el nivel de forma gradual a medida que te vas fortaleciendo. Normalmente se recomienda que se realicen unas dos horas y media de actividad aeróbica intensa por semana. Si gozas de buena salud, los riesgos de una actividad de intensidad moderada son muy bajos y no aumentarán las probabilidades de que el bebé sea prematuro o de cualquier otra complicación. Aún así, tendrás que limitar el ejercicio si tienes hipertensión, contracciones tempranas, hemorragia vaginal o ruptura prematura de la bolsa.
Sobre los ejercicios más recomendados, estos variarán según tus gustos. Muchas mujeres se decantan más por el yoga, baile, ejercicios aeróbicos en el agua, pilates, ciclismo o caminar. La natación es un ejercicio muy recurrente ya que te proporciona la sensación de no sentir el peso de tu cuerpo. Aunque lo mejor será una combinación entre ejercicios cardiovasculares, de fuerza y flexibilidad, evitando todo aquello que implique saltar. También, se recomienda caminar, ya que es muy fácil cambiar el ritmo, agregar subidas y modificar la distancia.
Aún así, cualquier ejercicio que decidáis el especialista y tú tendrá que estar basado en la escucha de tu cuerpo. Él te dirá hasta dónde puede y hasta dónde no. Por ejemplo, muchas mujeres se marean durante los primeros meses de embarazo, por lo que será complicado que mantengan el equilibrio, sobre todo durante el primer trimestre. También, el nivel de energía podría variar con el paso de los meses y, con el paso del tiempo, notarás que te cuesta más inhalar aire. Unos ejercicios muy recomendables son los de Kegel, que se utilizan para fortalecer el suelo pélvico y, por ende, reducir la incontinencia durante el embarazo y mejorar las relaciones sexuales.
Además, se trata de unos ejercicios muy fáciles, que pueden ser aptos para todas las mujeres. Eso sí, habrá que ejercicios que el médico te comentará que debes evitar. Como, por ejemplo, aquellas actividades que impliquen rebotar, ejercicios de impacto, saltar, cambiar bruscamente de dirección o arriesgarse a lesionar la zona abdominal. También, se suelen desaconsejar aquellos deportes que impliquen cierto contacto físico como el esquí alpino, el buceo o la equitación. Además, si te decantas por hacer gimnasia aeróbica tendrás que obligarte a no cansarte demasiado.
Para comenzar con los ejercicios, lo primero será hacerlo poco a poco. Cinco minutos al día de ejercicio será muy recomendable para esas mujeres que no eran muy activas antes del embarazo. Podrás agregar otros cinco minutos cada día de la semana hasta llegar a un total de 30. Tendrás que utilizar una vestimenta que sea cómoda y holgada y beber mucha agua para evitar un aumento excesivo de la temperatura del cuerpo. No deberás hacer ejercicio si estás enferma. Pero, sobre todo, haz caso a las señales que te envíe tu cuerpo.