Hace unos días, Marta Pombo informó a sus seguidores que su primera hija seguía colocada de nalgas y que tenía un nivel muy bajo de líquido amniótico, algo que dificultaba que naciera de manera natural. Por entonces ya explicó que si Matilda no se daba la vuelta de manera natural en esta recta final, se sometería a una prueba llamada versión cefálica externa, una maniobra planeada para evitar la cesárea.
Finalmente ha sido este jueves cuando se ha sometido a este procedimiento, que, tal y como ha contado a su comunidad desde la camilla del hospital, ha tenido el éxito esperado. "Han conseguido darle la vuelta a Matilda, ya que nazca de manera natural cuando esté preparada", se mostraba tan feliz como agotada, ya que estaba esperando a que se le pasara el efecto de la epidural para poderse ir a casa.
“No sabéis la semana que hemos pasado de nervios en casa, ha sido tremendo. Sobre todo por la incertidumbre de no saber si iba a nacer hoy o no. Porque si al intentar hacer la maniobra no se daba la vuelta, me iban a hacer una cesárea”, confiaba para esta cita tan importante en el equipo Bmum, los mismos profesionales que atendieron el parto de su hermana María, que “lo han hecho todo muy fácil”.
Esta maniobra para cambiar la posición se suele recomendar tras la ecografía que se suele realizar aproximadamente a la semana 33-34 de embarazo, y se programa para la semana 36-37. Es habitual que los bebés pasen de nalgas a posición cefálica –de cabeza- con relativa facilidad, por el volumen de líquido amniótico y el espacio en el que se mueven.
Sin embargo, hay otros que están de nalgas durante toda la gestación, ya sea por comodidad, porque hay algo que les dificulta colocar la cabeza en la pelvis o porque algo les impide girar. Con este procedimiento, los ginecólogos tratan de girar al bebé con sus propias manos mediante movimientos suaves. En primer lugar sacarán el culo del niño de la pelvis y acto seguido, con la otra mano, guiarán la cabeza hacia su pecho o la espalda dependiendo de la técnica que se emplee.
El procedimiento puede ser incómodo, incluso doloroso porque los movimientos, aunque son suaves, también deben ser firmes. En algunos centros se utilizan analgésicos suaves, aunque los últimos estudios indican que la tasa de éxito es mayor si se usa epidural, tal y como ha pasado con la protagonista de esta noticia.