Cada vez queda menos para que Feliciano López y Sandra Gago tengan en brazos al que será su primer hijo. La revista ¡Hola! descubría el pasado mes de junio la buena nueva y, desde entonces, el matrimonio ha llevado todo lo referido al embarazo con la máxima discreción, desvelando en pequeñas dosis algunos de los detalles que rodean a su bebé: desde cuál es el sexo hasta alguna pista sobre el nombre que podrían haber escogido. La wedding planner saldría de cuentas las próximas navidades, por lo que ya cuenta con una notable barriga que ha querido mostrar en las redes sociales.
"Las polas más especiales de mi vida", titulaba la joven a la publicación. En la fotografía, la esposa del tenista posa sonriente con sus manos en la tripa, mirando a cámara y vistiendo tan solo una lencería de color negro. Una bonita escena que ha conseguido la reacción de parte de los seguidores de Sandra, que han halagado y resaltado cómo de grande está su tripa ya: "Qué barriguita tan mona", escribía un usuario. "Ya viene gatito", comentaba su hermana Marta. "Qué guapa", piropeaba también Paula Echevarría. Asimismo, Gago ha querido explicar a un fan qué son exactamente unas 'polas': "unas imágenes a cara lavada que te hace la agencia que te representa para enviar a marcas".
A pesar de que es la primera vez que vemos a la mujer de Feliciano mostrando una visible tripa de embarazada, la modelo compartía en sus redes sociales –hace unos días- una fotografía tomando el sol en la playa que dejaba sin palabras al tenista. Tumbada en la arena y con un bañador negro de corte asimétrico, Sandra –que se encontraba tirada en una toalla color azul- jugaba con su pelo para la fotografía, en la que ocultaba parte de su rostro con unas gafas de sol. Una imagen que también dejaba sin palabras a sus fans, que aseguraban en los comentarios que desprendía "elegancia".
A pesar de mantener la incógnita sobre si es verdad que llamarán al bebé como a su padre, la pareja regalaba un divertido momento en Instagram, donde descubrían de una manera curiosa que serían padres primerizos de un niño. La pareja cogía dos cañones de confetis, ponían a grabar el móvil en el jardín de su casa y disparaban el contenido azul de estos. Visiblemente emocionados con este hecho, no podían evitar abrazarse y empezar a bailar para festejar la pronta llegada de la cigüeña.