Uno de los momentos más importantes para una mujer embarazada es el parto, por eso surgen una gran cantidad de dudas al respecto. Cómo será el alumbramiento, dónde, si dolerá o no, si respetarán el parto… Son muchas las preguntas que pasan por nuestra mente en ese crucial momento.
Pero lo cierto es que, lo mejor, antes de que se produzca el parto será tener en tu poder un plan de parto. En él podrás especificar tus preferencias como, por ejemplo, si deseas anestesia epidural o si prefieres un parto natural. Esta será una decisión que tendrás que tomar valorando todos los factores.
Cada vez son más las embarazadas que piden la epidural a la hora de parir. Se trata de un tipo de anestesia que se practica mediante una inyección en la columna vertebral, pero hay que saber que no es la única opción para aliviar el dolor del parto, sino que existen otras opciones menos agresivas y naturales para atenuar el dolor.
Este fuerte dolor puede combatirse también utilizando técnicas naturales como la acupuntura, el shiatsu o la hipnosis, pero será la madre quien tomará la decisión de someterse a este tipo de técnicas, eso sí, habiéndose informado adecuadamente antes.
Una metodología no farmacológica será el apoyo o soporte durante la dilatación y el parto. Los estudios indican que dicho apoyo continuo durante la fase la dilatación y el parto tienen como consecuencia la menor necesidad de analgesia, menor índice de cesáreas, menor necesidad de oxitocina y aumento de la satisfacción maternal.
El baño con agua caliente reducirá la necesidad de analgesia ya que es relajante y facilita la producción de endorfinas. Las posturas durante la dilatación también serán muy importantes y harán que disminuya el dolor del parto. De la misma forma lo será una buena respiración y alcanzar un buen punto de relajación, que disminuirá la necesidad de analgesia. Lo mismo sucede con la musicoterapia.
La acupuntura es un método tradicional chino que se utiliza para aliviar el dolor y, también, para inducir el trabajo del parto y hacer que este sea más breve. Para esta inducción será necesario estimular de forma intensa y durante mucho tiempo determinados puntos del cuerpo. Algunas embarazadas realizan unas cuatro o cinco sesiones de acupuntura durante dos o tres días antes de la fase final del embarazo, para aprender a controlar los dolores del cuerpo. Así, comprenderás tu cuerpo y entenderás qué es lo mejor para ti y cómo podrá ser el alumbramiento.
La electroacupuntura es una técnica en la que las agujas están conectadas a través de pequeños hilos a un instrumento que emite corrientes eléctricas inocuas. Así, se estimula la producción de endorfinas, seratonina y noradrelina que funcionan como calmantes y que ayudan a aliviar el dolor del parto.
El shiatsu también será una buena opción a la hora de calmar el dolor. Se basa en el principio de los meridianos, es decir, unos pequeños canales dentro de los cuales discurre la energía del organismo. Gracias a esta técnica se estimularán algunos puntos del cuerpo con la ayuda de los dedos. Además, ayudará a reequilibrar la energía y a favorecer la producción de endorfinas, atenuando el dolor del parto. La madre podrá someterse a esta práctica a partir de la semana 37 de embarazo, con el fin de prepararse para el parto.
Por su parte, la moxibustión estimula los mismos puntos que la acupuntura y del shiatsu, pero a través del calor. Para practicarla se utilizan bastoncillos de artemisa que, una vez encendidos, se deben tener unos pocos minutos a unos dos centímetros de la piel. Esto ayudará a calmar el dolor del parto y a prepararse para el alumbramiento, a partir de la semana 37 de gestación.
Otro método utilizado es la hipnosis, que permite modificar el estado de conciencia con el fin de focalizar la atención y alcanzar una capacidad de concentración muy elevada. La embarazada aprenderá a tener una buena actitud frente al dolor y, también, podrá ayudar a disminuir el tiempo de duración del trabajo del parto.
Una técnica que es muy utilizada en Estados Unidos y en Gran Bretaña es la TENS o Electroestimulación Eléctrica Transcutánea. Se aplica, sobre todo, en las fases de preparación al parto durante unas 12 o 24 horas. El objetivo es reducir el periodo de dilatación y el dolor relacionado con el aplanamiento inicial del cuello del útero. Los electrodos se colocan en la zona lumbosacra de la espalda, a los lados y sobre el abdomen.
La intensidad de los estímulos eléctricos la decidirá la embarazada junto a su matrona, en base a su umbral del dolor y a la frecuencia de las contracciones. Cabe destacar que el método más efectivo contra el dolor del parto será la anestesia epidural. No obstante, sí que podemos valorar otros métodos analgésicos alternativos o complementarios como los que hemos mencionado.