Probablemente uno de los momentos más duros y complicados a los que no quieren llegar los padres es a explicar a sus hijos que han tomado la decisión de separarse. En la mayoría de ocasiones les suele invadir el miedo y la incertidumbre ya que no saben, y más si son pequeños, cómo van a reaccionar ante la noticia. Cabe destacar que España es uno de los países europeos con mayor tasa de divorcio, por lo que no será tan extraño que hayáis decidido tomar caminos por separado. Además, siempre será primordial priorizar la felicidad de los niños, algo que no sucederá si la relación no va bien. Por eso, tendréis que anteponer el bienestar de vuestros hijos.
Lo más adecuado será que la relación termine de forma amistosa, aunque si esto no sucede, os tendréis que mantener unidos, al menos, de cara a vuestros hijos. Además, tendréis que ser los dos quienes expliquéis a los pequeños lo que ha sucedido. “Antes de comunicar a los hijos la decisión de separarse, es necesario tener tomada la decisión de manera firme y definitiva. En ocasiones, muchas parejas pasan por distintas fases en su relación, en la que la posibilidad del divorcio aparece y pueden comunicárselo a los hijos, aunque luego la separación no llega a producirse. Esto desestabiliza mucho a los niños, por lo que es recomendable estar seguros de lo irreversible de la situación antes de comunicárselo definitivamente”, explica la psicóloga Verónica Pérez Ruano, de Raíces Psicología Infantil.
Por eso, luego habrá que reunir a los niños para contarles la situación con claridad, con las palabras adecuadas y exponiéndoles lo que va a suceder a continuación. Así lo confirma la especialista a Divinity.es: “Para que comprendan bien la situación es adecuado hablarles con sinceridad, adaptándonos a su nivel de desarrollo y nombrando los cambios concretos que van a ocurrir para que puedan ir anticipando las consecuencias, ya que a los niños les cuesta entender ideas abstractas como 'separación', 'cambios o 'ruptura'. Por ejemplo, podemos explicarle que uno de los dos progenitores va a vivir en otra casa o qué tiempo va a pasar con cada progenitor, cómo va a cambiar su vida a partir de ahora, etc”.
También será muy importante que los padres estén de acuerdo en la información que quieren trasmitirles a sus hijos, para no hacerles un lío. “Hacerlo juntos para que ellos entiendan que es una decisión consensuada, incluso cuando uno de los dos no quiere separarse, puede entender las razones de la otra persona para llevar a cabo la ruptura, por lo que podrán transmitir la misma idea”, apostilla la psicóloga Verónica Pérez Ruano. Por eso, una vez que ya se tiene claro todo lo que se va a contar, habrá que encontrar el momento perfecto. “Lo mejor es recordarles que, aunque os queréis mucho habéis decidido no seguir juntos como una pareja y os vais a separar. Tendremos que estar disponibles para hablar del tema, en ese momento o más adelante, siempre que ellos lo necesiten, ya que es habitual que sus dudas no aparezcan en un primer momento pero que luego deseen tener más información”, aclara la especialista.
Las consecuencias del divorcio en los pequeños pueden ser diversas por lo que, también, habrá que contarles cómo va a ser su vida a partir de ese momento. En la mayoría de ocasiones, los niños se quedan viviendo en su residencia habitual y siguen acudiendo a su centro escolar. Como explica la psicóloga Verónica Pérez Ruano, los niños son “muy sensibles a los cambios y necesitan más tiempo para habituarse”.
Por tanto, “si la situación familiar va a cambiar tras la separación y uno de los miembros se marchara de casa, es recomendable que él pueda seguir viviendo en la que ha sido su casa hasta el momento, ya que la sensación de incertidumbre será menor. Igualmente, que pueda seguir compartiendo el tiempo habitual que pasaba con cada progenitor. A los niños, como a todos, las mudanzas o cambio de colegio y amigos les resulta complicado, por lo que escalonar los cambios vitales de alta intensidad siempre será lo más recomendable”, añade la especialista. Otro punto muy importante a la hora de comunicar el divorcio a los niños será puntualizar que ellos no han tenido nada que ver. Muchos jóvenes que tienen conductas difíciles pueden pensar que la culpa es suya y volverse más complicada la convivencia. Además, la mayoría de ellos también se culparán por la situación.
“La variedad de emociones ante la noticia de la separación suele ser amplia y todas son igualmente adecuadas, no censurar su emoción en el momento en el que aparece es fundamental, ya que estarán sintiendo malestar y es adecuado que se les permita expresarlo. La tristeza o la ira son las emociones más habituales, aunque también pueden manifestar indiferencia, miedo, rechazo a uno de los progenitores o culpa”, aclara la psicóloga Verónica Pérez Ruano. Por tanto, lo más importante será recordarles que nada de lo que está ocurriendo es “su responsabilidad”. Será una decisión que han tomado los padres y que poco tiene que ver con ellos. Un consejo que da la especialista será nombrar “nuestras propias emociones y las suyas para normalizar y validar lo que están sintiendo. Podemos decirles que nosotros también estamos tristes por esto que está pasando y que es normal sentirse así, pero que es la mejor decisión”.
En esa fase de duelo, son muchas las emociones que pueden pasar por la vida de nuestros hijos. Por eso, si vemos que la decisión ha afectado a su día a día, si han dejado de comer o de seguir con su vida normal, lo mejor será que acudan a un especialista. Este les ayudará a superar y a orientar en esta etapa de duelo. Eso sí, una buena relación entre los padres hará que este momento sea más llevadero, tanto para ellos como para sus hijos. “Cuando uno de los progenitores empieza a mostrar conductas inadecuadas, como puede ser descuidar las tareas escolares, no mantener los mismos horarios que nosotros de sueño o comida, verter críticas de manera continua delante de los niños, etc. es mejor que no entremos delante de los niños en mostrar esta hostilidad hacia el otro progenitor y que facilitemos canales alternativos de comunicación, en los que sea más fácil hablar y llegar a acuerdos sin discutir”, explica Verónica Pérez Ruano.
Además, si no somos capaces de resolver estas diferencias y de luchar por el bienestar de los niños, lo más adecuado será pedir ayuda a un profesional para que nos diga cómo gestionar esta situación. “Sería adecuado pedir ayuda para que podamos llegar a un acuerdo mínimo en el que poder relacionarnos desde un clima de calma y tranquilidad en lo referente a los niños. La seguridad y bienestar de los menores debe ser lo principal en todo momento”, apostilla la psicóloga Verónica Pérez Ruano, de Raíces Psicología Infantil.