Cuando oímos hablar de lactancia siempre pensamos que nos encontramos con dos opciones: lactancia materna exclusiva y la lactancia artificial exclusiva. Pero lo cierto es que existen más opciones. Una de ellas es la lactancia mixta, llamada así porque el bebé es alimentado tanto con leche materna como con leche de fórmula Esta no suele ser la primera opción para muchas madres y la mayoría de ellas suele decantarse por darle el pecho a su bebé o alimentarle con biberón, pero cada vez está más extendida la práctica de la lactancia mixta.
La lactancia mixta se podrá mantener según lo que desee la madre y lo que quiera, también, el bebé. Por tanto, será esencial que la madre observe al pequeño y sea consciente de lo que realmente necesita. Habrá pequeños que prefieran mucho más el pecho al biberón o al contrario, aunque lo primero será lo más normal y también lo más recomendado.
Que el bebé se decante por el biberón puede ser complicado. El pecho siempre será igual a estar en contacto directo con la madre y, además, se asegurará que será su progenitora quien esté alimentándole. Eso sí, para aquellos bebés que prefieren el biberón suelen hacerlo porque sale leche constantemente y requiere poco esfuerzo.
En el caso de que la lactancia mixta fracase se deberá a que el bebé tomará mucho biberón y muy poco pecho o porque la madre quiere darle y él dice que no. Así, la lactancia materna se convertirá en algo muy complicado. Por eso, en el caso de que se haya empezado con la lactancia materna exclusiva será importante seguir con el pecho. Esto se debe a que el bebé podrá confundir la teta con la tetina y que muchos bebés, al final, se decanten por el biberón.
Lo que puede suceder en muchos casos es que la lactancia mixta acabe siendo lactancia materna exclusiva o lactancia artificial exclusiva. Esto puede pasar porque algunos bebés rechacen el biberón y solo quieran tomar teta o, por todo lo contrario, que prefieran solo este método y rechacen el pecho.