Tras el parto, muchas cosas, en nuestra vida y en nuestro cuerpo, cambian. Por eso, es muy probable que, después de esos meses de cambios en las hormonas y de dar la bienvenida a un nuevo miembro, se tarde un tiempo en volver a estar cómo antes. Y no hablamos solamente del aspecto físico, sino, también, de otras cuestiones como la menstruación. Muchas mujeres han observado cómo, durante y después de la lactancia, se pasan años sin tener la regla. Aunque, en un primer momento, pueda parecer algo preocupante y anormal, lo cierto es que no hay de que preocuparse. La culpable de todo es la prolactina, una de las hormonas que interviene en la creación de la leche materna.
En el momento en el que la placenta se expulsa, durante el parto, los niveles de prolactina comienzan a subir para producir y fabricar la leche. A medida que pasan los días y cada vez que el bebé va succionando, los niveles de prolactina se van incrementando y se mantienen elevados mientras existe esa succión. Cuanta más succión, más prolactina se segrega y, por tanto, más leche producirá la madre. Además, esta hormona será muy importante, ya que no solamente proveerá al bebé de leche, sino que se ocupará de inhibir a nivel cerebral y ovárico la secreción de las hormonas relacionadas con la fertilidad. Esto hará que las probabilidades de ovular sean bajas y, por tanto, no tengan la regla hasta pasado un tiempo de la lactancia.
Muchos expertos opinan que esta es una señal de la naturaleza, ya que mientras estamos dando el pecho, el cuerpo entiende que no estamos preparadas para tener y ocuparnos de otro retoño. Aún así, sí que nos podemos encontrar a mujeres que, aunque estén dando el pecho, tengan la regla. Aunque sí es cierto que puede ocurrir un sangrado sin ovulación, que no llegaría a considerarse menstruación. No tenemos que preocuparnos si, en los primeros años, no tenemos la regla, ya que será normal que, cuando es muy pequeño, puede ser que esta no llegue. Sí que es cierto que, a partir de los dos o tres años, será más normal que la menstruación vuelva a nuestras vidas.
Será más probable que tengamos la regla si el bebé tiene más de seis meses, ya que en el momento que empiezan con la alimentación complementaria, suelen mamar menos. También esta puede llegar antes si tenemos periodos de más de seis horas sin mamar. Esto sucedería cuando van comiendo cada vez más, se olvidan de pedir el pecho, si por la noche no se despiertan con frecuencia. Además, puede ser que la madre pase largas horas fuera de casa, debido al trabajo y otros compromisos, y que, por eso, el bebé pase horas sin mamar. En ese momento, el cuerpo entenderá que el pequeño es más autónomo y que ya es hora de volver a tener hijos.
Hay mujeres que piensan que la lactancia les servirá como anticonceptivo. La fiabilidad de este método, denominado MELA, durante los tres o seis meses de vida, es de un 98 o 99 por ciento. Aunque eso sí, podrá tener margen de error, por lo que lo mejor será cubrirnos las espaldas y poner medidas de por medio. Cabe destacar que la regla aparece catorce días después de la primera ovulación, pero una mujer no sabe que ha ovulado hasta catorce días después, cuando se produce el sangrado. Por eso, puede suceder que el primer óvulo, tras el parto, sea fecundado y que la mujer siga sin tener la regla porque, en realidad, está embarazada. Por eso, habrá que tener mucho cuidado, ya que se puede convertir en una sorpresa totalmente inesperada.
Lo más normal es que cuando el bebé vaya creciendo y se vaya haciendo menos demandante, la menstruación vuelva. Si esto no sucede, y ya han pasado uno o dos años, lo mejor será que consultes a un especialista. Él podrá encontrar una solución a lo que te sucede, observando qué será lo mejor para la madre y para el bebé lactante. Aún así, lo mejor será tomarnos las cosas con calma y no obsesionarnos, ya que el periodo llegará cuando lo tenga que hacer. En ese momento tendremos que pensar que la prioridad es el crecimiento del pequeño.