Las maniobras de Leopold son una serie de movimientos que realizan los ginecólogos y las enfermeras para conocer en qué postura viene el bebé. De esta manera podrán determinar si se tendrá que realizar una cesárea o, en cambio, el pequeño podrá nacer vía vaginal. Se denominan así porque son un conjunto de maniobras descritas por Christian Leopold y Spodin en 1984. Así, estas maniobras se realizarán sobre el abdomen de las mujeres embarazadas y con las que se buscarán identificar la estática fatal. En total, existen unas cuatro maniobras de Leopold; tres de ellas se realizan frente al paciente, mientras que la otra restante se hace a los pies de la mujer.
Así, con esta maniobra se podrán identificar distintos factores. Por ejemplo, se podrá saber el número de productos o de bebés presentes en el embarazo, su situación, la posición y presentación fetal. Será mediante estas maniobras cuando se podrá identificar presentaciones anómalas y definir, así, la viabilidad del parto. Estas maniobras podrán realizarse a partir de la semana 28 de embarazo, aunque, sí que es cierto que cobrarán más importancia a partir de la 32 de gestación.
Antes de realizar las maniobras será muy importante contarle a la mujer en qué consisten estas y su procedimiento. Algunas pacientes pueden sufrir molestias o dolor durante las molestias y es muy importante que la mujer se encuentre relajada en posición de cúbito dorsal y con las rodillas semi-flexionadas. Además, el abdomen de la paciente debe encontrarse descubierto. Las maniobras de Leopold pueden ser más difíciles en aquellas mujeres con sobrepeso, con Polihidramnios o con placenta anterior. También, para facilitar la realización de las maniobras se recomienda que la mujer tenga la vejiga vacía y se encuentre en un ambiente cómodo.
La primera maniobra de Leopold lo que busca es identificar la presentación fetal. Ubicado a la derecha y frente al paciente, se palpa con ambas manos el abdomen superior. Esta maniobra lo que hará será determinar qué polo fetal se encuentra ocupando el fondo del útero. Así, se podrá identificar la estática fetal y si esta corresponde a una presentación cefálica o pélvica. Para identificar qué polo se encuentra ocupado en el fondo del útero se utilizan las tres ‘R’. La cabeza fetal suele palparse como una masa; redonda, regular y resistente. Mientras que, en el caso de las nalgas del feto, se palparán como una masa; blanda, grande e irregular.
Por tanto, si identificamos que son las nalgas del bebé las que están ocupando el fondo del útero, la presentación fetal será cefálica. Por el contrario, si identificamos que el fondo del útero se encuentra ocupado por la cabeza fetal, la presentación fetal será pélvica. Por su parte, la segunda maniobra de Leopold lo que busca es determinar la posición fetal. Mediante esta maniobra se podrá determinar si el dorso del pequeño se encuentra en el lado derecho o izquierdo con relación a la madre. Para realizar esta segunda maniobra, el especialista deberá encontrarse siempre frente al paciente.
Además, una de las manos ejercerá cierta presión, mientras que la mano contraria palpará el lado derecho del abdomen. Para la palpación se utilizarán las palmas de las manos y se debe aplicar una presión profunda. Así, el dorso fetal se podrá identificar como una masa convexa, dura y resistente a la palpación. Mientras que en el lado contrario se palpará como una masa irregular y de consistencia muy variable. Por su parte, la tercera maniobra de Leopold buscará identificar qué polo fetal ocupa la parte inferior del abdomen materno. Además, esta maniobra permitirá confirmar la primera maniobra y, también, saber si existe o no encajamiento.
Al igual que en las maniobras anteriores, el especialista se debe colocar frente al paciente. Así, utilizando el pulgar y los dedos de una sola mano, se realizará la palpación en garra por encima de la sínfisis del pubis. La mano contraria podrá apoyarse sobre uno de los lados del abdomen para facilitar, así, la maniobra. En la mayoría de ocasiones, el pequeño suele encontrarse en una presentación cefálica. Además, en caso de que no haya encajamiento, normalmente se suele presentar como una masa móvil.
La cuarta maniobra se trata de la única en la que el especialista debe estar a los pies de la paciente. Esta maniobra buscará confirmar el encajamiento de la maniobra anterior y, así, poder determinar la actitud fetal. Así, se podrá saber si la cabeza está flexionada o extendida. Para realizar esta maniobra será muy importante ubicarse la sínfisis del pubis y, encima de esta, habrá que comenzar a palpar. La palpación se realizará con la parte más exterior de los dedos y desde el borde inferior del útero. El objetivo será identificar la frente de la cabeza fetal.