Cuando se habla de embarazo, de maternidad y todo lo que envuelve la llegada de un nuevo miembro a la familia se suele poner el foco sobre ellas, las madres, quedando los padres en un segundo plano. Realmente es algo normal, pero no se debe olvidar que ellos también sufren miedos y preocupaciones, especialmente cuando son primerizos. Una serie de temores que pueden ser compartidos con la mujer o también otros diferentes. Pero de lo que no hay duda es que hay unos más comunes que otros, por eso te mostramos algunos de los que más se suelen manifestar en los hombres.
Estos miedos pueden venir por diferentes factores, siendo las inseguridades uno de los más clave por eso de si sabrá gestionar la situación y desempeñar bien su papel como padre, algo normal, pues la paternidad es una experiencia sobre la que en muchos aspectos se va aprendiendo sobre la marcha. El miedo al cambio es otro punto donde se une desde el cambio de rutina hasta la conciliación con el trabajo, la vida social y los cuidados. Una tarea que por supuesto que no es fácil pero tampoco es imposible.
Pero esos miedos no siempre están directamente relacionados con el desarrollo del bebé una vez nace, también durante su embarazo. Su estado de salud se convierte en una de las principales preocupaciones del hombre, por eso mismo suelen mostrar una gran preocupación sobre las madres cuando sienten algún malestar. Una de las mejores soluciones es acudir a las revisiones junto a la madre, pues el escuchar que todo va bien de boca de los especialistas es una especie de tranquilizador para los padres.
Eso sí, sus preocupaciones durante el embarazo no suelen quedar ahí, ya que en ocasiones puede que los hombres sean reticentes a mantener relaciones sexuales por el miedo a poder hacerle algún tipo de daño al bebé o a la madre. ¿Realmente es un problema mantener relaciones sexuales durante el embarazo? Si el ginecólogo no lo desaconseja, para nada, solo que habrá que buscar posturas cómodas para la mujer, especialmente cuando el estado de gestación ya es avanzado.
Por su parte, el momento del parto no es que sea especialmente preocupante para ellos, aunque siempre tienen un fondo de si todo saldrá bien. En este caso son más los nervios y las inseguridades que otra cosa, nervios de que todo salga bien, de cómo irá o si podrá ser de ayuda o no si está presente durante el parto.
Una vez el bebé nace los miedos no paran, pues su fragilidad puede hacer que los padres, en especial los primerizos, sean reticentes a cogerlos hasta que se acostumbran al verlos tan vulnerables. Un pensamiento que puede unirse a eso de que no va a saber como cuidar de él. Como ya comentamos, poco a poco se irá cogiendo experiencia y una serie de trucos para calmarlo según lo empiezas a conocer y sabes lo que le gusta, un proceso por el que pasan todos los padres y madres.
A los cuidados se le pueden unir los problemas con la educación, aquello de lo que hablamos de esas preguntas de si seré buen padre, demasiado estricto o muy consentidor con el niño a medida que crece. Cada uno elige la educación que le da a sus hijos, buscando siempre el punto intermedio para tener disciplina pero que también puedan disfrutar. “¿Lo estaré haciendo bien?”. Esta es la pregunta que rondará la cabeza de los padres desde que el niño es un recién nacido hasta que llega la edad más complicada, la adolescencia.
Y por supuesto también vendrán esos temores respecto a la economía, si aumentarán mucho los gastos, si con lo que ganan es suficiente, si habrá que contratar un cuidador u optar por una guardería, lo que conlleva un nuevo gasto. Es algo normal tener este miedo, pero siempre puedes comenzar a planificar todos esos gastos durante el embarazo para que no te coja el toro por los cuernos a la hora de la verdad.