Durante el embarazo, la mujer se tendrá que someter a una infinidad de pruebas para confirmar que la gestación se está desarrollando de forma normal. Así, una de más esperadas son las ecografías, ya que será ahí cuando se podrá comprobar si el pequeño está creciendo correctamente. Cada ecografía será un paso más hasta el parto, que culminará esa bonita experiencia. Una de las ‘ecos’ más esperadas es la que se produce en la semana 20, crucial para la madre y para el bebé.
Será en ese momento, cuando se estará entrando en el ecuador de la gestación cuando se tendrá que hacer la prueba, que también se denomina ecografía morfológica. Será la forma en la que el especialista podrá observar con detalle toda la anatomía del bebé para descartar, de esta manera, posibles malformaciones fetales. Por tanto, será un momento muy esperado, tanto por la madre como por el pequeño.
En ese momento de la gestación, el bebé medirá entre 14 y 16 centímetros y pesará alrededor de 260 gramos. Aunque eso sí, todo dependerá de cada pequeño y cada madre. Su aspecto irá cambiando cada día y la piel, que recubre el cuerpo de tu hijo, se desarrollará a través de dos capas: la epidermis, que será la más superficial, y la dermis, que se encontrará debajo de la anterior. En la epidermis será donde comiencen a aparecer las arrugas en las palmas de las manos, las plantas de los pies y los dedos y, también, donde se darán los patrones característicos de cada ser humano.
En esa semana, la grasa también comienza a aparecer debajo de la piel y las glándulas de la piel fetal segregan una sustancia blanquecina y pastosa llamada vérnix caseosa. Esta sustancia lo que hará será proteger la piel del feto contra la agresión del líquido amniótico. Es más, cuando el bebé nazca, comprobarás que está cubierto por esta capa blanquecina. Durante esa semana podrás encontrar distintos síntomas, como, por ejemplo, las bajadas de tensión.
Así, podrás encontrarte mareada, sobre todo al levantarte de la cama. Esto se debe a la hipotensión o a la bajada de la tensión arterial, que será más propia del embarazo. Suele aparecer en el segundo trimestre, aunque algunas mujeres pueden sufrir esta complicación desde el principio. Este cuadro hipotensivo se puede deber a la comprensión del útero sobre la arteria aorta y la vena cava. Además, se presenta cuando se está tumbada boca arriba o cuando se está realizando una ecografía.
Esta se denomina hipotensión supina y, para prevenirla, habrá que tumbarse de lado, preferiblemente del lado izquierdo. Otro tipo de hipotensión que puede aparecer es la llamada hipotensión postural y ocurre cuando te levantas de forma repentina y si estás sentada o en cuclillas. Otras causas del mareo, durante el embarazo, es la anemia o puede deberse a niveles alterados de azúcar en sangre, tanto aumentados como disminuidos. Por eso, una dieta rica en hierro puede prevenir esta anemia, que será perjudicial tanto para el niño como para la madre.
Alguna complicación, relacionada con este hecho, es la diabetes gestacional, que se confirmará en la semana 24 de embarazo. Pero eso sí, como ya hemos comentado, en la semana 20 se realizará la ecografía morfológica, una prueba rutinaria que deben realizarse las gestantes, independientemente de su edad o de sus posibles factores de riesgo. Muchas veces, para confirmar o desmentir una malformación fetal habrá que realizar una amniocentesis. Así, si con el contenido del líquido analizado de esta prueba no se llega a una conclusión se propondrá una funiculocentesis.
En otras ocasiones, sí que es cierto que se visualizan signos ecográficos sugerentes de un síndrome cromosómico y para la que será necesaria la realización de técnicas más invasivas. Por tanto, como se puede intuir, se trata de una de las ecografías más esperadas de las embarazadas, ya que se podrá confirmar o desmentir que no existe ninguna malformación fetal. Además, también se podrá saber el sexo del bebé. Lo más habitual es que esta ‘eco’ sea realiza en 2D, aunque en algunos centros -privados- se acompaña de una 3D, con un vídeo 4D para los padres.