La mayoría de la población es diestra, pero alrededor de un quince por ciento de los bebés nacen zurdos. Pero, ¿por qué? Lo cierto es que hay una gran cantidad de mitos acerca del posible motivo, incluso se ha llegado a plantear si los bebés zurdos son más inteligentes que los diestros. Lo contrario que antiguamente, que se pensaba que las personas zurdas eran siniestras y oscuras. Lo cierto es que ser zurdo no es mejor ni peor, sino una condición diferente. Todavía no ha habido ningún estudio que haya afirmado que las personas zurdas sean de una determinada manera u otra.
Las causas que determinan si una persona es diestra o zurda tienen que ver con una cuestión neurológica, es decir, del hemisferio del cerebro que sea el predominante. Cuando el hemisferio izquierdo es el dominante, la mayoría de las órdenes estarán destinadas a la parte derecha del cuerpo. Por su parte, cuando el hemisferio derecho es el predominante, las órdenes se tomarán en el lado izquierdo del cuerpo. Así es cómo se diferenciará un zurdo de un diestro. Sin embargo, estos extremos no han podido ser demostrados, aunque sí se sabe que el 80 por ciento de los diestros tienen dominancia del hemisferio derecho y el 60 por ciento de los zurdos, del izquierdo.
Ser zurdo no será solo una condición genética, sino, también, ambiental. El predominio de una u otra lateralidad vendrá condicionado por nuestros genes, por lo que el bebé tendrá más posibilidades de ser zurdo si ya hay alguien de su familia con esta condición. Como ya hemos comentado, esto dependerá también de las condiciones ambientales, como el aprendizaje, la influencia del colegio o los hábitos. Además, la predisposición genética de ser diestro o zurdo se podrá ir modificando inmovilizando una mano y entrenando la otra para actividades cotidianas como coger cuchillos, utilizar tijeras, escribir… Esto es algo que se hacía antiguamente, pero que, afortunadamente, ya no se realiza. Será muy importante que si tu hijo es zurdo o diestro no le obligues a utilizar una mano con la que no se sienta cómodo.
El predominio de un lado u otro del cuerpo no se definirá completamente hasta los tres o los cuatro años. A partir de esa edad, se comenzará a usar la mano dominante con más frecuencia, aunque habrá un periodo de transición en el que el niño será ambidiestro. Sobre los seis o los siete años ya se definirá definitivamente como diestro o zurdo. Existen algunas prácticas que podéis poner en marcha para saber la lateralidad de vuestros hijos. Aunque, antes, habrá que tener en cuenta que las personas no somos cien por cien zurdas o diestras, sino que siempre existe algún grado de lateralidad cruzada.
Como hemos comentado, hay distintas pruebas que les podremos hacer a nuestros hijos para saber si son zurdos o diestros. Una de ellas será el test de Harris. Para saber la dominancia de la mano lo mejor será que lance una pelota, que dé cuerda a un reloj, que golpee con un martillo, que se cepille los dientes, se peine y que tense una goma, entre otras muchas cosas.
Para saber la dominancia del pie será ideal dar una patada a un balón, escribir una letra con el pie, saltar a la pata coja, subir un escalón, mantener el equilibrio sobre un pie y elevar una pierna sobre una silla o una mesa. También, se podrá comprobar la dominancia del ojo, a través de un caleidoscopio o un telescopio, y del oído, escuchando la pared, cogiendo el teléfono o escuchando en el suelo.
Para la valoración, deberás marcar con una ‘D’ cuando efectúe las diez pruebas con la mano derecha o el pie derecho, y con una ‘I’, si lo hace todo con la parte izquierda de su cuerpo. Para la dominancia del oído y del ojo se seguirá el mismo proceso, aunque se determinará una u otra si lo realizan dos de las tres veces. Por eso, para un diestro completo el resultado será D.D.D.D y para un zurdo completo, I.I.I.I. Para una lateralidad cruzada el resultado será D.I.D.I y para una lateralidad afirmada d.d.D.d.