Una de las enfermedades que se puede dar en los más pequeños es la cetosis, producida por una sustancia llamada acetona. Esta se produce por la existencia de cuerpos cetónicos en la sangre y en la orina de los más pequeños, que proceden de la degradación y del metabolismo de las grasas.
La acetona es un síntoma que nos indica que se está produciendo una disminución del nivel de azúcar en el organismo. Esto puede producirse debido a un ayuno prolongado o a alguna infección, aunque también puede ser síntoma de una enfermedad más importante como la diabetes.
El aumento de esa cetona en sangre se manifiesta con vómitos o con un olor característico del aliento. Aún así, la mayoría de casos suelen ser leves y con unas determinadas pautas para corregir algunos aspectos de la alimentación suele ser suficiente para disminuir los síntomas.
Como ya hemos comentado, la principal causa de esta enfermedad será la disminución de las reservas de azúcar. Esto puede producirse por un ayuno prolongado, fiebre, un esfuerzo físico intenso, una dieta inadecuada y por una gastroenteritis. Aún así, la cetona también puede darse por una posible diabetes, una enfermedad en la que nos encontramos con un déficit de insulina.
Para tratarlo, lo más importante será acabar con los vómitos, así como bajarle la fiebre. En cuanto estos síntomas mejoren, lo más probable es que esta desaparezca. Además, en el caso de que a la mañana siguiente el pequeño siga presentando la enfermedad no habrá que alarmarse, ya que puede llevar su tiempo.
Para contrarrestar los síntomas, lo mejor será que el pequeño tome zumo con un poco de azúcar, en pequeñas cantidades y a sorbitos. También, se recomienda que el niño tome suero, para evitar que se deshidrate. En el caso de que no se consiga eliminar la acetona en 24 horas, lo mejor será acudir al pediatra para que se pueda descartar alguna alteración metabólica, como el hipotiroidismo o la diabetes.