El apego es un vínculo emocional que se dará entre los padres y su pequeño y, sobre todo, que el bebé necesitará para tener seguridad emocional y para el correcto desarrollo de su personalidad y su inteligencia. Por eso, el apego se ha convertido en una técnica muy seguida por muchos padres. Aunque eso sí, habrá que saber cómo realizarla de forma correcta para que todos puedan disfrutar de sus beneficios.
El término ‘crianza natural’ o ‘crianza de apego’ fue acuñado por el pediatra William Sears y por su esposa Martha. Ambos basaron este tipo de creencia en una educación basada en el amor, en la escucha y el acompañamiento de los más pequeños en sus primeros meses. Además, esta crianza estará repleta de valores y normas y será un trabajo diario sustentado por la confianza, la comunicación y el respeto. Así, la conexión entre los padres y los hijos será fundamental para poder potenciar una buena crianza de apego.
Desde instituciones como la Attachment Parenting International (API) promueven este tipo de educación y proporcionan algunos principios que, recalcan, no deberán seguirse al pie de la letra ni se deberán tomar como un manual de instrucciones, sino que es algo que puede aceptar distintos cambios y variaciones. Por tanto, los padres tendrán la libertad de interpretar estos parámetros como mejor les convenga.
Será de vital importancia prepararse bien para el embarazo, el parto y la crianza. Igualmente, será esencial eliminar aquellos pensamientos negativos, ya que, de esta manera, los progenitores podrán recibir a su bebé con una mayor calma y serenidad.
Habrá que tener en cuenta que muchas madres no podrán dar el pecho a sus hijos y que, por eso, no dejarán de estar haciendo crianza de apego. También, se podrá llevar a cabo este tipo de educación con el biberón. Lo más importante será que escuches, veas y tengas claras las señales de hambre del pequeño y que cumplas con sus necesidades de alimentación a demanda.
Será importante tener en cuenta todas las emociones que pueda tener el pequeño. Así, habrá que saber cómo reaccionar ante una rabieta de forma adecuada, permitiendo que haya una buena comunicación emocional en todo momento. En este tipo de educación, los castigos no serán una opción a valorar, ya que habrá que poner el foco en la consecuencia de sus límites y la reflexión emocional, que sí que será necesaria.
De la misma forma, en este tipo de crianza, los pequeños necesitarán contacto físico para que puedan establecer vínculo con sus padres. El piel con piel será totalmente necesario, así como abrazos, caricias y baños juntos. En definitiva, el contacto físico será necesario para establecer un buen vínculo emocional. También, habrá que tener en cuenta la crianza nocturna, que será igual de importante. Además, habrá que proporcionar cariño constante. Los pequeños se sentirán más seguros, tanto física como emocionalmente.
Tampoco podrá faltar la disciplina positiva y habrá que buscar soluciones todos juntos en lugar de castigar el mal comportamiento. Imponer la voluntad sobre los niños no será educar sino imponer miedo, por lo que es importante entender el comportamiento negativo del niño.
De la misma forma, será básico buscar el equilibrio entre la vida personal y la familiar, apostando por un estilo de vida saludable, así como por la salud emocional de los padres para seguir con una buena disciplina positiva y una buena salud emocional. Por tanto, como ya hemos comentado, seguir estos puntos será fundamental, pero también lo será saber en qué momento se puede variar y cuándo deberemos aplicar nuestro propio criterio.
Además, cabe destacar que no hay solamente una forma de educación y que está admitirá distintas versiones, dependiendo de cada familia.