El estigma de la menstruación, penalizada durante tanto tiempo y en tantos lugares, ha hecho que sea un tema tabú. Hasta hace no mucho, las charlas sobre la regla se daban en privado, de puertas para dentro. Por eso, no extraña que a muchos padres les resulte difícil hablar con sus hijos sobre la regla.
¿Acaban de escucharlo en el colegio y quieren que les cuentes qué es? O, por el contrario, ¿consideras que ya va siendo hora de que conozcan y normalicen ese proceso? En Divinity te damos las claves.
La psicopedagoga y codirectora del gabinete Orienta, Andrea Nieto, recomienda hablar de casi todo “con normalidad, especialmente si se acerca el momento de que la niña vaya a tener su primera menstruación”. La pubertad no es voluntaria, y hablar del tema desde una edad temprana, con cierta frecuencia, puede facilitar el diálogo y evitar que los niños acumulen preguntas con el tiempo.
“Lo mejor es explicarles, como madres, cómo nos sentimos durante la regla. Así, favoreceremos la conversación”, añade Nieto, quien explica que, de esa forma, la niña podrá recurrir a nosotras cuando tenga preguntas o miedos. “La idea es ser un ejemplo para ellos, actuar como modelo para que pregunten todo lo que necesiten y no lo vayan a buscar en sus iguales, que les puede llevar a la desinformación. Si hay alguna pregunta que no sabes responder, puede ser positivo reconocerlo y buscarlo juntos, en internet”.
“Lo positivo es llegar a ese nivel, a mantener una comunicación fluida con tu hija para que, cuando llegue ese momento, pueda recurrir a ti”, reconoce. “Cuanta más naturalidad y diálogo, menos tabú y mejor para ella: podremos incluso ir más allá, continuar con otros temas, como la reproducción sexual”.
Quizás tu duda sea si asaltar a los niños con la conversación o esperar a que ellos te pregunten. Una buena opción podría ser aprovechar una película, una noticia o una serie relacionada con la menstruación para poder hablarles del tema. O aprovechar una visita al supermercado y preguntarles por los productos de higiene femenina: “¿Sabéis para qué sirven?”, puedes plantear. A partir de ahí, la conversación y dudas vienen solas.
La edad media de inicio de la menstruación está alrededor de los 12 años, pero puede aparecer antes, a los 8 años. Lo ideal sería haber hablado sobre la regla para entonces, antes de que le llegue a ella o a cualquier otra persona de su entorno. Ahora bien, ¿cuándo es demasiado pronto?
En su libro ‘Beyond Birds and Bees: Bringing Hume a New Message to Our Kids About Sex, Love and Equality’, Bonnie J. Rough retrata el enfoque holandés en cuanto a educación sexual, de acuerdo a lo que vio durante el tiempo que vivió en Ámsterdam con su familia. “Según la guía Rutgers (…) los niños de menos de tres años no son demasiado jóvenes para hablar sobre amor y sexo. De hecho, es una buena edad para hablar sobre ello”, escribe. La autora asegura que, a esa edad, los niños son curiosos, suelen estar muy unidos a sus padres y, por tanto, muy receptivos a cualquier información que les den, tres características a tener en cuenta.
En el mismo libro, Rough habla de la comodidad con la que los neerlandeses hablan de sexualidad con sus hijos, sobre todo en comparación con otros países, y asegura que son conversaciones muy transparentes y personales, muy relacionadas “con la terminología de cada parte del cuerpo, incluidos los genitales”. La autora recomienda hablar con los hijos desde la experiencia, para acostumbrarles usando ejemplos que estén a su alcance.
Una alternativa sería dejar productos de higiene femenina a su alcance, en lugar de esconderlos, para que los vean a menudo y puedan hablar de ellos. Solo así los aceptarán como algo cotidiano, asegura Rough, y querrán participar de la conversación, aprender sobre ellos.