Ahora que somos conscientes de la importancia que tiene la lactancia materna en el buen desarrollo del bebé, y que la OMS recomienda que sea el método exclusivo de alimentación hasta los seis meses, son cada vez más las madres que se apuntan a dar el pecho a sus hijos el mayor tiempo posible.
Lo que ocurre es que la lactancia, al menos en determinados momentos, no es tan idílica como podría parecer. En el camino es habitual encontrarse con diferentes complicaciones que harán que nos den ganas de abandonarla, pero si eso no es realmente lo que queremos, los profesionales y la paciencia saldrán en nuestra ayuda.
Para sorpresa de muchas madres, hay bebés que, a pesar de haberse establecido con éxito la lactancia, en un momento dado muestran rechazo hacia el pecho. El desconcierto para las madres es comprensible, y llegan a preguntarse qué pueden estar haciendo mal. Te contamos las causas más habituales por las que un bebé rechaza el pecho de la madre y qué puedes hacer para retomar y disfrutar de la lactancia tal y como querías.
El bebé puede rechazar tanto un pecho como los dos, y este rechazo darse tanto el principio de la lactancia como cuando ya está bien instaurada. Las razones más habituales para que esto ocurra son las siguientes:
El rechazo del pecho por parte del bebé puede darse tanto de manera puntual, pero si es prolongada se conoce como “huelga de lactancia”, y no podemos negar que para la madre resulta de lo más frustrante. En realidad, hay que tomarlo como una pausa, y no como el momento del destete, si no es lo que queremos y si el bebé todavía es pequeño. Antes de agobiarte más de la cuenta, acude al médico o a un asesor de la lactancia, porque te serán de gran ayuda. Y mientras, toma nota de estos consejos que te ayudarán a que tu hijo vuelva al pecho antes de lo que imaginas.
En realidad, todos los consejos podrían reducirse a paciencia, contacto y calma. Aunque estés deseando que ocurra, no te estreses si tu bebé no vuelve a lactar tan pronto como quisieras. Lo más fácil es que vuelva a hacerlo antes de lo que imaginas y que sigáis disfrutando de la lactancia, incluso más que antes.
Busca momentos para estar con él, a ser posible piel con piel, sin interferencias de ruidos, ni de otras personas, y disfrutad de vuestra cercanía. Será tan relajante y gratificante para el bebé que le resultará mucho más natural acercarse a tu pecho.
No dejes de sacarte la leche durante el tiempo que el bebé no quiera tomarla. Además de evitar que el pecho se te congestiones, conseguirás que no cambie de sabor, para que le resulte familiar cuando vuelva a tomarla. Y de nuevo, ten mucha calma, y pronto volverás a tener a tu bebé lactando feliz.