Acaba de cumplir quince años en la música y mantiene la misma ilusión que cuando empezó. Se considera una persona muy perfeccionista porque va en su genética y tiene claro que nunca ha desaparecido la niña que lleva dentro. A pesar de la situación que estamos atravesando, Soraya Arnelas ha decidido seguir adelante con su último disco y confiesa que la música es una de las cosas que más ayuda en estos momentos de aislamiento.
Durante estos quince años, y especialmente en los tres años que lleva componiendo su último proyecto, ha conocido a su pareja, ha experimentado la maternidad, ha puesto a más de uno firme en las redes sociales y ha visto las “luces y las sombras” que esconde la vida. Hablamos con ella de todos estos temas y de cómo afronta la situación actual, tanto personal como profesionalmente.
¿Qué tal estás?
Estoy en casita. Me he comprado un micrófono, hay que pensar en nuevas vías, entretenernos y ser productivos y estoy montándome un estudio en mi casa.
A pesar de lo que está ocurriendo has decidido seguir adelante con tus proyectos y sacas un nuevo disco
Después de hablar con todo el equipo pensamos que la época era ahora. La música es algo que ayuda y acompaña. Para nosotros es una terapia, no solo para el que canta, también para el que recibe la música. Es un momento para alegrar y acompañar a la gente y hemos decidido sacarlo a pesar de todas las dificultades que nos vamos encontrar. No creemos que haya gira y nosotros vamos a ser el último sector que se va a incorporar. Pero bueno, creemos que con este álbum podemos ayudar y acompañar.
¿Por qué luces y sombras?
Antes de empezar con las canciones, lo de luces y sombras siempre me había gustado, me parecía muy místico y muy mágico. Hace tres años me quedé embarazada de mi hija Manuela y empecé a componer este álbum. En ese momento empiezas a hacerte preguntas sobre cómo va ser tu vida a partir de ahora y millones de cuestiones. Como madre primeriza te entran miedos e inseguridades y me di cuenta de esas luces y sombras de la vida. Empecé a cuestionarme y a plantearme cosas nuevas. Empecé a escribir en un cuaderno un montón de ideas y narraciones de lo que sentía y, sin querer queriendo, estaba construyendo el disco nuevo.
Entonces cada canción cuenta un pasaje de tu vida, ¿cuál ha sido el más bonito y el más duro de componer?
Hay varios momentos muy bonitos. ‘Eclipse’ es la que le escribo a mi pareja. ‘La nana de Manuela’ es una canción mágica, habla del reflejo de la luna, de cómo curar las heridas con cosquillas. Estas son las dos más especiales, son luces, son canciones muy mágicas.
La más complicada es la que hice con Chenoa, se llama ‘Rompecabezas’. Habla de un capítulo en mi vida en el que, no sé tú, pero creo que todos hemos pasado alguna vez por un amor que no es saludable, que te desgasta, que te frena y que tiene que desaparecer. Habla de un puzzle y de que cuando esa ficha, que es ese pasado, no forma parte de ese puzzle todo encaja mucho mejor. Hay personas que tienen que salir de nuestras vidas porque no son saludables. Me apoyé en Chenoa, que tiene mucha fuerza y mucha personalidad, y llevábamos mucho tiempo queriendo trabajar juntas. Cuando le mandé la canción a Laura (Chenoa) me dijo: ‘mira, no ha podido llegar en mejor momento’.
Parece que todo tiene un momento, ¿no?
Sí, es lo que ella decía. Cantar por cantar no vale, vamos a hacerlo mágico, bonito, con un proyecto y una canción increíble. Y así ha sido.
Me hablabas de que una de tus canciones es sobre la maternidad. Sacando el lado positivo de todo lo que está ocurriendo, ahora tienes más tiempo para disfrutar de tu niña, ¿cómo está siendo esto?
Hay momentos que son muy buenos y muy bonitos. Ver el crecimiento de tu hijo es algo como no hay nada en la vida, hay que vivirlo para poder hablar de ello. Pero también tiene sombras. Un niño no entiende lo que está pasando en la calle. Cuando mi hija llora porque quiere salir al paseo y no puede. Explícale a un niño lo que estamos viviendo y las consecuencias que va a traer. He hablado estos días con un psicólogo y me decía que hay muchos niños que están desarrollando ticks e inseguridades, miedos, falta de relación social… Ellos aprenden de otros niños y eso va a causar mucho daño a muchos niños. Yo tengo algo de miedo por cómo mi hija va a crecer y qué secuelas va a dejar lo que estamos viviendo.
Es un momento de incertidumbre para todo el mundo…
Total. Y encima no hay soluciones de nada todavía. No se está dejando nada claro, no sabemos que va a pasar, no hay medidas para los niños.
Otro de los temas que tocas en este nuevo disco son las redes sociales, ¿has vivido alguna mala experiencia con ellas?
Todos hemos tenido desencuentros en las redes sociales. No siempre tenemos un buen día y cuando salimos lo hacemos sin filtros, como un elefante en una cacharrería, diciendo lo primero que se nos pasa por la cabeza. Me he dio reforzando. Para mí las redes sociales son como mi casa, el que no venga con buenas formas no entra. El bloqueo se me da estupendamente. Y cuando tengo que poner a alguien en su sitio lo pongo. Si vienes y me atacas yo tengo el derecho de contestarte. Los que vienen a darme órdenes me pasa lo mismo, algunas vienen a darme órdenes sobre mi hija. Si es difícil de por sí, porque no hay un manual para educar a tu hija, me repatean las que vienen a darme órdenes. En este confinamiento me reafirmo una vez más en mis posiciones. No pienso dejar que nadie venga a contarme o a decirme cómo tengo que vivir mi vida.
Aunque hayas decidido sacar el disco, otros muchos proyectos como la gira se han paralizado con esta situación, ¿cómo lo afrontas?
Yo afronto todo al día a día. No sabemos en qué dirección va a ir todo, ni como vamos a volver a integrarnos en la sociedad. He aprendido que tengo que vivir despacio y aprovechar el día a día. Me ha tocado muchas veces improvisar. No quiero perder las ilusiones de tener una gira de verano, pero quiero ser realista y la situación es la que es. Lo importante es que estemos todos bien de salud y que afrontemos esto lo mejor posible sin pérdidas humanas. Yo no voy a poner en peligro la salud de nadie haciendo un concierto, prefiero esperar. Por eso te digo que estoy montando un estudio con mucha ilusión para poder hacer conciertos desde casa, para poder seguir y al final también las crisis agudizan la creatividad y en eso estamos.
¿Crees que la industria musical va a ser una de las últimas en reponerse?
El deporte y la música. Yo creo que van a ir de la mano. Son eventos masivos y públicos y vamos a ser los últimos, lo tenemos claro. Cuanto antes aceptemos esto más tranquilos vamos a vivir. Hay una enfermedad que se llama ansiedad y no quiero ni verla de cerca porque ya la he padecido. Eso también te mata lentamente.
Y parece que en estos momentos es cuando más aparece…
Hay mucha gente con depresión en estos días y no se está hablando. Una de las grandes enfermedades del siglo XXI no es solo el cáncer, son también los problemas mentales. La ansiedad y la depresión van a pasar factura. Muchos niños y gente mayor no van a salir de esto por una enfermedad mental, es muy triste. Por eso nosotros con la música no podemos fallar, tenemos que estar ahí porque hay mucha gente que lo está pasando mal. Todos lo estamos pasando mal porque esto ha azotado a todos los mercados y a todos de la misma manera. Vamos a apoyar y vamos a sumar en estos momentos.
Con este disco has hecho un repaso de los 15 años que llevas en la música. ¿Sabrías decirme que cosas mantiene la Soraya de ahora de la que comenzó en aquel momento?
La ilusión cada vez que preparo los discos. Esa cara de niña que se te pone cuando grabas o tocas con tus músicos, eso sigue. Sigo siendo una niña cuando me pongo a trabajar. Sigo teniendo esa profesionalidad, me gusta tomarme las cosas enserio. Me han enseñado que si haces un buen trabajo se recompensa, sigo siendo muy perfeccionista. Todo eso va en mi genética y no va a cambiar.