Tos en bebés: aprende a identificar los diferentes tipos y cómo acabar con ella
La tos es una de las complicaciones que con más frecuencia puede aparecer entre los niños pequeños.
Es por eso que podemos encontrarnos con diferentes tipos como la tos ferina, tos diurna o nocturna. Además, será de vitar importancia reconocerlas.
La tos es uno de los síntomas que se producen de forma más frecuente y que suele ser signo de alguna enfermedad propia de la infancia. Aún así, aunque en ciertas ocasiones, pueda parecer que es algo realmente grave, no tiene que serlo siempre. De hecho, toser es un reflejo saludable e importante que ayudará a proteger las vías respiratorias de la garganta y del pecho. De todos modos, sí que habrá distintas toses que necesiten de asistencia médica, por eso, será muy importante reconocer aquellas que puedan ser perjudiciales para la salud y, más, cuando se trata de niños pequeños.
La tos "de perro" y la tos ferina
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Nos podemos encontrar diversos tipos de tos, aunque los más frecuentes son: tos “de perro”, tos ferina, tos con sibilancias, tos nocturna, tos diurna, tos con fiebre, tos con vómitos y tos persistente. La primera de ellas, la tos “de perro”, suele deberse a una inflamación de las vías respiratorias superiores. Casi siempre, este tipo de tos se debe al crup, una inflamación, muy común, en la laringe y en la tráquea. Los niños pequeños suelen tener las vías respiratorias más estrechas y, si estas se inflaman, pueden dificultar la respiración. Si todavía no han cumplido los tres años, corren un mayor riesgo de padecer crup por la estrechez de sus vías respiratorias.
Este tipo de tos podrá empezar de golpe y, sobre todo, a media noche. La mayoría de niños con crup también suelen presentar estridor, una respiración ruidosa y chirriante que se oye al inspirar. Por su parte, la tos ferina es una infección de las vías respiratorias que está causada por la bacteria Bordetella pertussis. Los niños con este tipo de bacteria tienen ataques de tos de forma consecutiva sin poder respirar. Una vez que dejan de toser, lo más normal es que inspiren hondo y emitan un sonido sibilante y aspirados. Otros síntomas serán la secreción nasal, los estornudos, la tos leve y la febrícula.
Además, la tos ferina podrá presentarse a cualquier edad, indistintamente, pero será más grave en aquellos bebés menores de un año que no hayan recibido la vacuna contra la tos ferina, que forma parte de la vacuna DTPa, contra la difteria, el tétanos y la pertussis acelular. También, cabe destacar que la tos ferina es altamente contagiosa, por lo que todos los niños deben recibir su dosis de vacuna entre los . dos, cuatro, seis y quince meses y, también, entre los cuatro y los seis años de edad.
Tos con sibilancias
Otra de la tos más común es aquella con sibilancias, que se produce cuando el pequeño realiza un sonido sibilante al espirar, lo que podría indicar que las vías respiratorias bajas de los pulmones están inflamadas. Esta inflamación puede darse con el asma o con una infección vírica, denominada bronquiolitis -complicación por la que fueron ingresados los mellizos de Irene Montero y Pablo Iglesias-.
También, podrán oírse estos silbidos si hay algún cuerpo extraño que obstruye las vías respiratorias. Por eso, un niño que comienza a tener estos problemas después de inhalar o meterse algo en la boca, lo mejor es que se traslade a un centro médico cuanto antes. Sí que es cierto que muchas toses empeoran por la noche, cuando el pequeño está resfriado y la mucosidad de la nariz y de los senos nasales puede bajar hasta la garganta y provocarle esa tos mientras duerme, lo que puede ser un problema si la tos no deja descansar al pequeño.
Tos nocturna y diurna
El asma también podrá desencadenar esa tos nocturna tan característica y las vías respiratorias tienden a estar más sensibles y más fáciles de irritar por la noche. Otro tipo de tos es la tos diurna con la que el aire frío o la actividad podrán empeorar la situación durante el día.
Lo mejor será que trates de asegurarte que no haya nada en casa, como una mascota o humo, que puedan hacer toser al pequeño. También, podremos encontrarnos con la tos con fiebre, que suele ser producida por un resfriado común. Aún así, habrá que vigilar las décimas, ya que si se tiene más de 39 grados puede deberse a una pulmonía.
Por qué se produce la tos y qué hacer para aliviarla
Los niños, a menudo y si tosen mucho, puede que se les active el reflejo de la náusea, lo que les hará vomitar. Además, un niño que tosa por un resfriado o por una crisis asmática puede vomitar si le llega una gran cantidad de mucosidad al estómago, lo que le provocará esas náuseas.
Si el pequeño sigue teniendo tos después de unos meses, lo mejor será que le lleves a un especialista. En la mayoría de casos, la tos suele estar producida por un virus y puede durar hasta dos semanas. A no ser que esta sea una verdadera molestia para tu pequeño, los especialistas no tendrán la necesidad de recetar ningún antibiótico.
Aún así, para aliviar a tu hijo podrás tomar ciertas medidas. Lo mejor será hacerle un baño de vapor, tener un humidificador de vapor frío en la habitación, no exponerle al aire fresco y mantener al pequeño bien hidratado. Lo más importante: nunca habrá que darle ningún medicamento sin receta médica.