Aunque para muchas personas el embarazo es una razón de celebración y provoca alegría, en otros tantos casos la respuesta es de pánico y temor absoluto. No hablamos de un miedo ligero, sino de una sensación intensa, recurrente, irracional y desproporcionada, que puede afectar y condicionar la vida de quien la padece. En ocasiones, tan solo el hecho de hablar sobre el tema puede producir síntomas de ansiedad.
Esta patología se conoce como tocofobia y puede afectar a hasta un 14% de las mujeres de todo el mundo, según un estudio de la revista médica Acta Obstetricia et Gynecologica Scandinavia, para el que estudiaron a más de 850.000 mujeres de 18 países diferentes. Lo explican desde Reproducción Asistida ORG, donde también aseguran que la prevalencia de esta fobia ha aumentado desde el año 2000. Este trastorno puede afectar tanto a madres primerizas como a otras que ya han pasado por un parto antes; en ocasiones, se presenta después de un alumbramiento traumático.
Los motivos que llevan a una persona a sufrir tocofobia son muchos y de lo más variados. En ocasiones, tiene que ver con experiencias traumáticas pasadas, pero algunos estudios apuntan a que su origen puede estar en la adolescencia: visualización de vídeos escolares con partos o vivencias de otras mujeres violentos, por ejemplo, especialmente si los testimonios provienen de las madres o del entorno más cercano.
Sea como sea, esta patología puede solucionarse con el tratamiento adecuado; normalmente, psicoterapia profesional, que en ocasiones la acompaña de fármacos. Sea como sea, si ante la idea de quedarte embarazada, tienes alguna de estas reacciones, lo mejor es que pidas ayuda profesional:
Todo el mundo está expuesto a sufrir una fobia a lo largo de su vida, aunque según el estudio de la revista, es “tres veces más probable que una mujer de entre 16 y 24 años reciba este diagnóstico y que, en la mayor parte de los casos, esta fobia está ligada a trastornos de ansiedad sufridos por la paciente con anterioridad”. En el mismo documento, los profesionales distinguen entre dos tipos de tocofobia: una primaria y una secundaria.
Normalmente, el punto álgido de esta fobia se da poco antes de dar a luz y se manifiesta en un temor desproporcionado a los hospitales, la atención médica o la utilización de instrumentos durante el proceso.
En ocasiones, las mujeres que sufren tocofobia denuncian que su patología no se ha tomado en serio. Por eso es fundamental aprender a identificar los síntomas y ponerles remedio con el apoyo adecuado cuando antes.
Un psicólogo podrá ayudarte a tratar este trastorno. En primer lugar, se suele buscar el origen de los miedos (es más complicado en el caso de quienes sufren tocofobia primaria), para después exponer a la persona al estímulo de forma controlada. La psicoterapia permitirá a la paciente superar la fobia y tomar decisiones respecto a su embarazo y su parto sin el condicionante del miedo, además de mejorar sus relaciones familiares y de pareja.