Mostrar una actitud desafiante y desobediente es habitual en niños en edad preescolar y tambien en adolescentes. Si se trata de episodios aislados no debería haber motivos para preocuparnos. Pero si esta conducta se produce de manera constante, dura más de 6 meses, o afecta de manera negativa al desarrollo social o escolar, es posible que nos encontremos ante un caso de trastorno negativista desafiante. Se trata de un patrón de conducta negativa ante las figuras de autoridad que se manifiesta, a través del desafío y de la desobediencia, y que conviene tratar lo antes posible.
Los niños que padecen trastorno negativista desafiante parecen tener conciencia de su mal comportamiento, y son difíciles de tratar y muy irritables. Aunque también es cierto que, a pesar del carácter complicado que manifiestan, y de la reiteración de su comportamiento, no son violentos de manera física.
Las causas de este trastorno se desconocen, pero los expertos apuntan a que suele esconder algún otro tipo de problema, normalmente de índole familiar, como tener unos padres que discuten constantemente. También sufrir de falta de atención y cuidados, o ser tratados con una disciplina exigente y contradictoria. Te contamos cuáles son los síntomas del trastorno negativista desafiante en niños y cómo puedes actuar ante él.
Estos síntomas pueden aparecer desde la edad preescolar hasta que el niño empieza la educación secundaria, y los más habituales son los siguientes:
Si crees que el comportamiento de tu hijo se ha vuelto problemático y perdura en el tiempo, aunque él no opine lo mismo, lo mejor que puedes hacer es ponerte en contacto con su médico. Los síntomas que acabamos de citar pueden servirte de referencia para saber si es posible que te estés enfrentando a un trastorno negativista desafiante. Y si piensas que es así, seguro que agradeces disponer de consejos y ayuda para afrontarlo de la mejor manera posible. Habla con el médico del niño, porque será la persona adecuada para escucharte, hacerle una valoración e indicarte qué medidas se pueden tomar.
En ocasiones el trastorno desaparece por sí solo con el paso del tiempo, pero esto no significa que no haya que tomar medidas que eviten que tenga consecuencias futuras para el niño. La terapia con un profesional suele ser lo más indicado, ya que puede ayudar al pequeño a adquirir herramientas de autocontrol, además de indagar en si hay algún problema subyacente al trastorno.
Por otro lado, el terapeuta se coordinará tanto con los padres como con los profesores del niño para indicarles pautas de actuación que sean realmente útiles. Cuanto antes se controle el trastorno, mejor será para el menor y, sobre todo, debe sentir que estamos a su lado, ayudándole a recuperar la autoestima que haya perdido en ese tiempo y sabiendo que no está solo para recuperar un comportamiento que le haga sentir mejor que el actual.