De ella siempre se ha dicho que es perfecta. Es lo que tiene ser top model. De ahí que se armase tanto jaleo cuando contó con sorna que escribir ‘Crecer juntos’, el libro que acaba de lanzar, casi le “cuesta el divorcio” con Carles Puyol, su chico desde hace ya ocho años. O que para algunos chirríe que una vip de su calado ponga sobre la mesa temas como la conciliación, las nuevas formas de educar o las presiones que sufre una cuando decide (o no) tirarse en plancha en esto de la maternidad.
Porque ya era hora de poner en negro sobre blanco los juicios a los que se ven expuestas las mujeres por el mero hecho de serlo. Por decidir cuándo y cómo quedarse embarazadas o en qué valores quieren criar a sus hijos. Por sus imperfecciones y contradicciones. Y más si viene de boca de alguien a quien en su día se etiquetó como lo opuesto a la inseguridad. Por eso es tan importante hablar dCerca con Vanesa Lorenzo.
Pregunta: El libro arranca con una pregunta: "¿Qué significa ser padres?" Y me gustaría que me contases tu experiencia. ¿Qué ha supuesto para ti la maternidad?
Respuesta: La maternidad para mí ha supuesto muchísimas renuncias porque yo vivía una vida nómada, con una maleta y con una anarquía absoluta. Ser madre me ha obligado a parar de todas todas e intentar introducir una rutina a mi día a día, que con niños es fundamental.
P: 'Crecer juntos' se lo dedicas a tus dos hijas. ¿Cómo son Manuela y María?
R: Mis dos hijas son mis distintas, pero yo creo que como en todas las familias. En mi caso somos tres hermanos y somos muy diferentes. Son niñas de mucho carácter las dos. Una de ellas es más expansiva, creativa y muy independiente. La otra es muy dependiente y más analítica.
P: Con el libro nos planteas una nueva forma de educar que se aleja mucho de los viejos mantras a los que estábamos acostumbrados. ¿Por qué es tan importante educar a los niños en una disciplina positiva?
R: Los tiempos han cambiado mucho y creo que tenemos que revisar los métodos educativos que nos acompañan, esos patrones a los que estamos acostumbrados y que por naturaleza nos salen solos. Venimos de un tipo de educación más conductista en la que se ordenaba y se obedecía. Era una sociedad más jerárquica, pero eso está cambiando muchísimo, cada vez se trabaja más en equipo, y la disciplina positiva propone una convivencia en la que se acompaña al niño a través del aliento, hay un respeto mutuo, el niño forma parte de un grupo. La disciplina positiva es un medio educativo que forma a niños y adolescentes capaces, respetuosos y responsables.
P: ¿Cuáles son esos valores que tienes presentes a la hora de criar a Manuela y María? ¿En qué momento cambiaste el chip y descubriste que querías educarlas de una forma diferente a la que marcan los patrones habituales?
R: Me di cuenta cuando mis hijas pasaron de ser bebés a ser niñas. Caía en comunicarme con ellas con unos mensajes que no se alineaban con mi filosofía de vida actual. Y pensé: 'Ostras, yo necesito ayuda porque estoy cayendo en unos mensajes que ni siquiera están en sintonía con lo que realmente quiero hacer con mis hijas y con los valores que les quiero transmitir'. Si yo quiero que mis hijas tengan un pensamiento crítico y les ordeno todo el rato a que hagan las cosas porque sí, ¿cómo les voy a dar la oportunidad de que sean capaces de ponerme en duda a mí, a ellas mismas, a su entorno, a tener su propio criterio? Para mí es muy importante educar aprendiendo a ser empáticos, y para eso el primero que debe serlo es el padre, que ha de entender las necesidades de su hijo y que la convivencia requiere un respeto por todos los individuos de esa familia.
P: El yoga para niños es algo que no se solía plantear hasta ahora. ¿Por qué es tan importante practicarlo a edades tan tempranas?
R: Yo diría que más que importante es una oportunidad. Practicar yoga a edades tempranas te permite introducirles esa filosofía a través del juego y empezar a normalizar conceptos en el hogar como el conectar con tu propio cuerpo, aprender a utilizar la valiosa herramienta de la respiración que tan vinculada está con nuestras emociones... Son herramientas para cuando sean adultos. La parte física del yoga es muy beneficiosa también para los niños, a nivel corporal, postural, de psicomotricidad y de equilibrio.
P: ¿Te has sentido juzgada en algún aspecto relacionado con la maternidad? Hoy en día, sobre todo en redes sociales, es muy recurrente que las madres se sientan presionadas por las decisiones que toman a la hora de criar a sus hijos.
R: Creo que todas hemos sentido esa presión como madres. Todo el mundo tiene una opinión, que si cuando te quedas embarazada, que si vas a dar el pecho, que si no. Se tiende a idealizar muchísimo la maternidad, y yo creo que es un error, porque es un reto enorme y flaco favor se nos hace idealizándolo. Cuando te enfrentas como mujer al posparto, por ejemplo, te das cuenta de que no es idílico, que hay mucho por recorrer, que hay momentos hormonales supercomplejos de ups and downs. Creo que tenemos que hablar con más honestidad, apoyarnos y respetarnos, porque al final cada uno tiene sus prioridades en el hogar, su escala de valores.
P: Antes de que 'Crecer juntos' llegase a las librerías comentaste con humor que "casi te cuesta el divorcio". ¿Por qué?
R: Esa broma que me hizo Carles fue eso, una broma. El desarrollo de toda la redacción del libro lo hice durante el confinamiento, entonces tenía que estar muchas horas delante del ordenador y encargarse él mucho más de las niñas. Por eso hicimos una broma sobre eso.
P: Decías en ese mismo post que con el libro tenías que ponerle "pautas" a Carles, también con ironía. ¿Le has cambiado su forma de ver la crianza?
R: Estoy un poco pesada en casa volviendo a los conceptos que he desarrollado en el libro con la psicóloga infantil, sobre todo con el tema de la disciplina positiva, y aunque estemos en sintonía los dos, que creo que es importantísimo estar de acuerdo con tu pareja en la educación que le quieres dar. No siempre estamos de acuerdo, las cosas hay que hablarlas, ponerlas encima de la mesa, pero siempre intentar respetar y ayudarnos. La disciplina positiva propone no buscar culpables, sino buscar soluciones, no solo en núcleo familiar, también en la pareja.