Logo de Madres

Madres

Varicela en niños: causas, síntomas y tratamiento

  • La varicela es una enfermedad infantil altamente contagiosa, por lo que los adultos y otros niños que no la hayan pasado deben tener precaución

  • La vacuna ante la varicela tiene una efectividad casi total para prevenir la enfermedad en edades tempranas

  • Si tu hijo la padece, bajarle la fiebre y darle baños tibios para calmar el picor de las erupciones es la mejor opción hasta que desaparezcan

De repente, un día, a tu hijo comienzan a salirle pupitas en la piel. En cualquier otro caso podrías pensar que es fruto de la picadura de algún insecto o una reacción alérgica a algún producto o tejido. Pero cuando esto ocurre en la infancia hay una posibilidad muy grande de que se trate de la varicela. Esta enfermedad es muy típica en los niños, y según la Asociación Española de Pediatría (AEP) es causada por el virus varicela-zóster, ya que también es el causante del herpes zóster. Es normal que los niños la pasen, aunque prevenirla es importante debido a su alto grado de contagio.

Las erupciones no son el único síntoma

Si por algo se caracteriza la varicela es por las erupciones cutáneas que aparecen como pequeños granitos y se convierten luego en ampollas. Por lo general, hay que estar atento a la cara, ya que es ahí donde suele comenzar el brote, aunque es posible que también lo haga en la espalda o en el torso. Una vez aparece, se va extendiendo poco a poco por todo el cuerpo hasta que las ampollas van transformándose en costras. El principal problema es que esas erupciones suelen producir grandes picores, por lo que las molestias son muy grandes para el niño que lo sufre. Además, según la AEP también es normal que el niño tenga fiebre y otros síntomas como malestar general, dolor de cabeza o incluso vómitos.

El diagnóstico es de lo más sencillo, ya que la apariencia de las erupciones son reconocibles y fácilmente asociables a la varicela, por lo que no se suele precisar de ninguna prueba para realizar el diagnóstico. Solo en casos puntuales se suele hacer una analítica para corroborar el grado de infección.

La vacuna, la mejor prevención

La varicela es una enfermedad que según la AEP es altamente contagiosa, por lo que el contacto con cualquier persona que no la haya pasado significa que probablemente la haya contraído. Quienes la tienen son transmisores de la enfermedad días antes de que esta se manifieste, por lo que un simple roce, por un estornudo o un golpe de tos puede transmitirse la varicela.

Por eso es importante la vacunación de la varicela, que permite prevenir casi en su totalidad la enfermedad. La primera dosis de la vacuna se suele emplear poco después de que el niño cumpla su primer año, entre los 15 y los 18 meses. En los años siguientes se debe administrar otra dosis para terminar de inmunizar al pequeño de la varicela por completo. Una forma segura de controlar la patología y evitar posibles contagios en personas que no la hayan pasado.

Si mi hijo la tiene ¿qué puedo hacer?

En caso de que un niño la sufra, la medicación que suele administrar el médico es para aliviar algunos síntomas como la fiebre o cremas y lociones para la sensación de picor. Este picor es precisamente un factor muy importante, ya que el niño tiende a rascarse las erupciones y puede provocar marcas durante la cicatrización que no desaparezcan posteriormente. Por este motivo se les suele cortar las uñas, para así evitar posibles rasguños, en especial en la cara.

Los baños con agua tibia le pueden servir para calmar ese molesto picor y también para mantener las erupciones limpias y prevenir posibles infecciones que se puedan producir. No obstante, la AEP aconseja evitar el sol hasta que las lesiones cutáneas hayan desaparecido por completo para que este no intervenga en la cicatrización y así asegurar que no quedan marcas ni manchas en la piel del niño.

Es importante cambiar y lavarle constantemente de ropa, en especial de la interior y la de cama, para evitar que el virus quede ahí. Y por supuesto, hasta que no haya pasado en su totalidad la enfermedad y se haya recuperado por completo, el niño no debe volver al colegio, pues podría ser un foco de contagio para los demás.

La varicela es una enfermedad que se suele pasar sin graves consecuencias, aunque es cierto que su proceso es algo incómodo debido al picor que generan las ampollas. La vacuna es, para los expertos, el gran método de prevención ante la varicela, pero en caso de padecerla, un buen tratamiento para la fiebre y algunas medidas recomendadas, como los baños tibios, pueden hacer que tu hijo pase la enfermedad mucho mejor hasta que desaparezca completamente.

Temas