Los años 60 fueron una época revolucionaria y en lo que a moda se refiere, un punto de inflexión en el que la juventud decidió adoptar su propio estilo fuera de todo tipo de convenciones bajo el paraguas de iconos del cine, la música y la moda e incluso alguna esposa de presidente de gobierno.
Las disciplinas artísticas fueron el germen perfecto para el nacimiento de nuevas musas más acordes con los nuevos tiempos: menos voluptuosas que las de anteriores décadas, pero más libres, idealistas, rebeldes, enigmáticas y apasionadas.
Rompieron esquemas con sus cuerpos, con sus maquillajes, sus peinados y sus prendas de vestir, fueron el espejo en el que se miró la juventud y crearon un nuevo modelo de mujer que en nada se parecía a las jóvenes que vivieron la posguerra.
Nombres como Brigitte Bardot, Françoise Hardy, Twiggy o Jacqueline Kennedy forman parte de ese periodo de cambios y, aunque no fueron las únicas, representan a los diferentes tipos de mujer que se convirtieron en auténticos iconos de moda de la década de los 60.
Brigitte Bardot fue la francesa más sensual de la década de los 60. Con su melena rubia cardada y su característico cat-eye, marcó un estilo que se hizo muy popular y copiaron muchas jóvenes de la época. Los sombreros, los trajes pantalón y las minifaldas fueron algunos de sus grandes aliados, aunque su nombre haya pasado a la historia de la moda por bautizar un tipo de escote que deja los hombros al descubierto.
Lejos de la sensualidad de BB está la modelo británica Leslie Lawson, conocida mundialmente como Twiggy, quien representó el nuevo prototipo de mujer moderna al que aspiraban las jóvenes de la década. Frágil como una ramita (de ahí viene su apodo), de aire infantil, ojos expresivos y pestañas superlativas, se convirtió en una de las supermodelos de la década.
Otro prototipo de la década de los 60 era la mujer de aspecto tímido, lánguido y triste que representaba la cantautora francesa Françoise Hardy. También extremadamente delgada, con su melena larga y su característico flequillo, sedujo a varios diseñadores de moda y directores de cine probando suerte en ambas disciplinas, aunque nunca abandonó su carrera discográfica.
Visto con la perspectiva del tiempo no parece que Jackie fuera una mujer que rompiera moldes, pero hay que situarla en el contexto en el que el nombre de Jacqueline Kennedy saltó a la fama. Joven, culta, optimista y con un gusto por la moda muy alejado del de sus predecesoras, no solo fue una influencia para las mujeres de la década de los 60, sino que su estela entre las primeras damas se ha alargado hasta bien entrado el siglo XXI.