Si hace apenas unas semanas los termómetros apenas ascendían 15 grados en el mercurio, ahora definitivamente parece que el verano ha llegado para quedarse. Y aunque solo apetezca estar en remojo en la playa o la piscina a todas horas, los quehaceres diarios no perdonan, y con ello el tener que ir a la oficina. Ante semejantes temperaturas y la humedad característica de esta época, elegir el look más cómodo y fresco puede convertirse en un auténtico desafío, pues resulta crucial encontrar el equilibrio perfecto entre estilo y confort.
Por suerte, vivimos en un momento en el que los ‘dress code’ son más permisivos que nunca y no es necesario vestir necesariamente formal para ir a trabajar, por lo que el abanico de posibilidades se amplía. Si se tienen en cuenta ciertos consejos que tanto las redes sociales como los expertos en moda comparten habitualmente, no tiene por qué resultar complicado acertar.
1. Opta por telas ligeras y transpirables: cuando las temperaturas se disparan, es fundamental elegir prendas confeccionadas con tejidos finos y que transpiren como por ejemplo el algodón, el lino y la seda. Todos ellos excelentes opciones ya que permiten la circulación del aire y absorben la humedad. Huye de los materiales sintéticos como el poliéster, ya que pueden atrapar el calor y hacer que se sienta todavía más.
2. Elige colores claros y estampados sutiles: los colores oscuros tienden a absorber el calor, por lo que es preferible optar por tonos claros en tu vestimenta veraniega. Los blancos, cremas, pasteles y tonos suaves no solo reflejan la luz solar, sino que también transmiten una sensación de frescura. Si prefieres los estampados, elige diseños discretos para no sobrecargar tu imagen y sentirte más ligera.
3. Apuesta por prendas de corte holgado en lugar de usar ropa ajustada: cuanto menos se peguen a la figura, mejor. Opciones muy versátiles y cómodas las encontramos en las camisas de manga larga oversize, blusas y blusones, pantalones palazzo y vestidos midi. Opciones ideales para mantener la frescura y la elegancia en la oficina sin demasiado esfuerzo.
4. Ojo con el calzado: a la hora de elegir los zapatos, decántate por opciones fresquitas que permitan que los pies respiren -como pueden ser las sandalias, cuñas y alpargatas- y prescinde de aquellos completamente cerrados o realizados en materiales sintéticos si no quieres que tus pies sufran.
5. Añade pinceladas de estilo con accesorios: la elegancia reside en la atención a los pequeños detalles y precisamente en verano más que en ningún otro momento hay que prestarle especial atención. En este periodo tendemos a reducir la cantidad de ropa que llevamos por lo que los estilismos a veces pueden verse demasiado sencillos. Por este motivo rematar el look con un accesorio contribuye a que adquiera un sentido completamente diferente con solo un pequeño gesto. Complétalo con detalles sutiles como un pañuelo ligero, una pulsera con personalidad o unos pendientes llamativos. Acertarás seguro.
Otro factor a tener en cuenta en verano es añadir protección solar, ya sea llevando prendas con la manga algo larga o con protector solar. Tampoco pueden faltar las gafas de sol, el complemento estrella de estos meses.
No olvides que a pesar de las altas temperaturas, es importante respetar el código de vestimenta de tu lugar de trabajo y mantener una imagen profesional. Así que ante la duda, mejor decantarse por la discreción.