Su vuelta por el mundo parece no tener fin. Poco después de regresar a España tras recorrer Sudáfrica y Zambia, Tamara Falcó e Íñigo Onieva han puesto rumbo a Bora Bora. La marquesa de Griñón ya advirtió de que "una cosa era la luna de miel y otra" sus vacaciones, por lo que la pareja está disfrutando de una segunda 'honey moon' en la pequeña isla del Pacífico Sur al noroeste de Tahití, en la Polinesia Francesa.
"Y seguimos @ionieva y yo descubriendo Polinesia, donde los atardeceres son mágicos, los sabores son asombrosos y las aguas cristalinas siguen cautivándonos. Aventuras inolvidables en este paraíso", ha escrito la hija de Isabel Preysler en una de las publicaciones que ha compartido en su cuenta de Instagram.
Entre las muchas fotografías que ha querido compartir con sus millones de seguidores, Tamara Falcó ha publicado un posado en bikini. La marquesa de Griñón luce un diseño de dos piezas en color fucsia. El top tiene una silueta deportiva y un escote en 'V', combinado con una falda también en color rosa y unas gafas de sol negras con cristiales oscuros. Muchos ya relacionan este look con el estilo 'Barbiecore' que este año está tan de moda.
Justo antes de celebrar su boda con Íñigo Onieva, muchos medios hablaron del supuesto plan que Tamara Falcó iba a iniciar para perder "15 kilos en un mes". Algunos medios explicaron que la hija de Isabel Preysler iba a ingresar en la clínica Buchinger Wilhelmi, ubicada en Marbella, para realizar un ayuno terapéutico y medicina integrativa. Sin embargo, poco después, la propia Falcó negó esta información y matizó que no tenía intención de encerrarse en esa clínica y que solo iba a hacer "lo mismo que en verano pero cambiando el timing".
Tamara Falcó mostró también su enfado sobre los comentarios que se habían hecho relacionados con su físico. "Para bajar esos kilos tendría que estar un año. Que podría estar más delgada, pues sí; pero, vamos, que lo encuentro todo un poco indignante. Como ya he dicho varias veces, para mí lo importante es el sacramento del matrimonio", dijo en aquel momento, expresado a Vanitatis su indignación por lo mucho que se estaba hablando de su cambio físico, una circunstancia que no generó problema alguno en la confección de su traje de novia. "El vestido me lo hacen a medida y, por lo tanto, está hecho a mi cuerpo. Menuda tontería y falta de respeto. Yo estoy en mi 'normopeso", aseguró.