Si hace algunos años era muy comentado que las celebrities e influencers parecía que no sufrían el frío, luciendo sus minivestidos sin medias en pleno invierno, parece que ahora la realidad es bien distinta y que ya no temen a abrigarse con capas y capas. Y es que ya se sabe que la industria está en constante cambio, y lo que hoy triunfa puede que mañana deje de resultar interesante.
Actualmente hay un accesorio que se ha hecho con todo el protagonismo y que encaja a la perfección con los ‘scoats’ (o lo que es lo mismo, los abrigos con bufanda incluida) y que permite hacer frente al frío derrochando estilo y personalidad. Se trata de la balaclava, el pasamontañas de toda la vida que ahora se alza como un icono de estilo entre las ‘insiders’.
La idea de transformar una bufanda en una balaclava ha cautivado a diseñadores y amantes de la moda. Una corriente muy popular en Corea y Rusia que se ha extrapolado al resto del mundo y que todo apunta a que seguirá estando presente el próximo año.
Lo que hace que esta tendencia sea tan interesante es la versatilidad que ofrece. Pues la capacidad de convertir una bufanda tradicional en una balaclava no solo aporta un toque de misterio y elegancia al estilismo, sino que también deja claro el modo en el que la moda fusiona lo funcional con un punto de vista muy aesthetic de una manera única.
Es más, esta fusión de funcionalidad y estilo ha llevado a un resurgimiento del interés en los accesorios clásicos, demostrando que incluso las piezas más tradicionales pueden reinventarse para satisfacer las demandas del mundo moderno. Tan solo hay que ver el auge de los bolsos vintage, los abrigos de pelo o los ponchos que bien podrían pertenecer a nuestras abuelas y que hoy son sinónimo de buen gusto.
Las que deseen sumarse a esta tendencia deben tener en cuenta que la balaclava no debe ser un elemento aislado en el conjunto. Combinarla de manera armoniosa con el atuendo general resulta clave: desde abrigos clásicos a chaquetas de cuero o incluso vestidos de noche para un contraste sorprendente. También la paleta de colores y las texturas pueden elevar la balaclava a nuevas alturas, transformándola en toda una declaración de intenciones. Como una imagen vale más que mil palabras, a continuación mostramos algunas de las formas con más estilo de lucirla.
Una tonalidad que evoca a la niñez y que es perfecta para aquellas que buscan dar un toque de luz a los fríos días del invierno.
En los looks bicolor se integra como un elemento más, dotando de buen gusto hasta a las prendas más sencillas.
Como toque final a un conjunto monocolor se hará con todo el protagonismo. No falla.
Los modelos que recuerdan a las prendas que llevábamos cuando éramos pequeñas son un acierto seguro.
El ‘mix &match’ no falla, especialmente en aquellos estilismos en los que hay altas dosis de color como los de las portuguesas.
Blanco impoluto, sinónimo de elegancia absoluta.
Los diseños más sencillos también son sinónimo de éxito y son muy fáciles de integrar en los looks diarios.
Ellas dan un paso más allá y juegan con los modelos que incluyen detalles divertidos como orejas o estampados.