Estamos en los años 20 del siglo XXI y quienes dictan las tendencias de moda ha decidido gastarnos una especie de broma apostando por uno de los zapatos más famosos los años 20 del pasado siglo. Nos referimos al conocido como Salomé, un zapato con una tira vertical que recorre el empeine para acabar ajustándose al tobillo mediante otra tira horizontal, de manera que entre ellas forman la silueta de una T, que es su seña de identidad.
Con un aire naif mezclado con el estilo de las liberadas flappers de principios del siglo XX, los Salomé han vuelto a reinventarse en las pasarelas para dar su versión más sexy en el otoño/invierno 2024-25: con puntera afilada y tacón de aguja. Su vuelta hay que agradecérsela a firmas como Ferragamo, Dries Van Noten, Versace o Dolce & Gabbana, pero también a Zara, que ya los introdujo en la colección que el pasado año creó en colaboración con el diseñador Steven Meisel y que la propia Marta Ortega estrenó el día de su presentación en Londres a mediados de septiembre del pasado año.
Marta elegía un modelo de puntera afilada y tacón ‘kitten hell’, que combinó con un vestido midi de corte recto en color negro estampado con lunares blancos y, como todo lo que toca la presidenta de Inditex, agotaron existencias a las pocas horas de ponerse a la venta.
Lo mejor de este tipo de zapatos es que, haciendo la misma función que un zapato de salón, resultan infinitamente más cómodos gracias a su doble sujeción. Además, a pesar de toda la sensualidad que respiran, la pasarela ha demostrado que encajan igual de bien con vestidos y faldas, que con bermudas y pantalones.
Los zapatos Salomé han desfilado en distintas pasarelas y en diferentes versiones, de los rojos super sexy de Ferragamo, que ha combinado tanto en contraste con negro, como en total look, al modelo con maxi tiras de Versace, mucho más cañero, o el clásico de Dries Van Noten, que combina incluso con bermudas.
En la calle también los hemos visto combinados de diversas formas. Caroline de Maigret los usaba como elemento de contraste en un look masculino compuesto por americana de mil rayas y pantalón negro; Temu Mcpherson y Elsa Hosk coinciden en combinarlo con prendas de lana, la primera incluso con calcetines, y Anna dello Russo optaba por unas medias de encaje para completar su total look de tweed para un día de lluvia.