El ‘layering’, que no es más que el arte de vestir por capas, es una técnica que consiste en combinar varias prendas de ropa superpuestas para crear un look práctico y adecuado para diferentes temperaturas, pero equilibrado y visualmente atractivo, como el que elegía Patricia Conde el día de navidad, con abrigo, americana, chaleco y camisa.
Esta manera de superponer prendas no solo ayuda a tener controlada la temperatura corporal tanto en el exterior, como en interiores, sino que, además, permite jugar con texturas, colores y estilos, añadiendo personalidad al look.
Vestir por capas no consiste en superponer prendas sin control, el ‘layering’ exige un planeamiento que se suele componer de una capa interior, una media y otra exterior y cada una de ellas tiene una función. Lo complicado es conseguir un conjunto que funcione, por eso para las más novatas lo más sencillo es empezar por crear capas monocromáticas en tonos neutros, que son los más fáciles de controlar.
Cuando hayas controlado esta primera fase, puedes pasar a la siguiente, en la que se puede empezar a mezclar diferentes tonos de una misma paleta cromática e incluso a combinar diferentes texturas.
Un tercer paso consiste en mezclar diferentes largos y volúmenes, aunque es importante tener claro cuál es la prenda protagonista del look, que generalmente será la más llamativa del conjunto, para acompañarla de otras más básicas.
El planteamiento debe comenzar con una base sencilla, prendas que sean cómodas y no demasiado gruesas, que son las que van pegadas al cuerpo. Puedes elegir una camiseta básica, una camisa o un jersey fino.
Añade una capa intermedia de la que puedas desprenderte fácilmente, como un chaleco, un jersey de lana, una americana o cualquier prenda que resulte atractiva si la llevas puesta, pero de la que puedas desprenderte fácilmente sin arruinar tu look.
Las capas exteriores son las que vas a usar exclusivamente en la calle, que dependiendo de la época del año puede ser un abrigo largo o una capa en invierno, una cazadora e incluso una americana o una gabardina en épocas de transición.
Es importante saber jugar con las proporciones, de manera que si llevas una prenda oversize, la equilibres con otras más ajustadas para que la silueta se vea armónica y que no se pierda entre tanta ropa.
Utiliza las mezclas de texturas como un recurso más para crear un look atractivo combinando prendas de diferentes tejidos como lana, cuero, algodón y seda. En cuanto a los colores, si bien lo más sencillo es crear un look monocromático también puedes optar por tonos que se complementen o que contrasten, pero de manera armoniosa.
Trata de jugar con las capas de manera que todas sean visibles, bien dejando una parte a la vista, como el cuello de una camisa que sobresale por encima de un suéter o un abrigo ligeramente abierto que deja asomar una americana y trata siempre de conseguir un look cómodo y que no parezca muy pensado para evitar que el resultado final sea demasiado rígido.
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