Si hay una situación que podría entrar dentro del concepto ‘tierra, trágame’, esa sería ir exactamente igual vestida que otra invitada a la misma fiesta. O al mismo sarao. O en este caso, a la misma entrega de premios. Y ya si la otra persona que ha escogido la misma prenda que tú para acudir al acto es la reina Letizia, la historia se cuenta sola.
Su Majestad, que este miércoles viajaba a Mérida para presidir la 30ª edición del consejo del real patronato sobre discapacidad donde se reconoce (con su nombre) a personas y entidades que trabajan en pro de la inclusión de este colectivo, era la protagonista absoluta de la jornada.
Tras saludar al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, así como al resto de organizadores y premiados, comenzaba la entrega de los Premios Reina Letizia 2021. Sin embargo, al acudir al atril por el que posteriormente pasarían los galardonados, la mirada de la madre de Leonor y Sofía se clavó en el patio de butacas.
Almudena Vivas Tesón, que recibiría minutos más tarde la Mención Especial de Cultura Inclusiva por su trayectoria profesional en el trabajo de las personas con discapacidad, así como por su trayectoria académica e investigadora en el ámbito jurídico desarrollando el cumplimiento de los preceptos enunciados en la Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad, llevaba un estilismo idéntico al suyo.
Era de Mango, costaba 49,99 euros, y su llamativo estampado bicolor en black and white no dejaba duda alguna de que se trataba del mismo. De corte midi, con cuello redondo, sin mangas y con un cinturón ajustable, este es para muchos el vestido perfecto para una invitada a un acto primaveral. Y ahora que lo ha llevado la reina Letizia, experta en agotar vestidos (sobre todo cuando son tan 'low cost'), más aún.
Pero claro, lo que jamás se espero Vivas (ni Letizia) era que ambas lo estrenarían en el mismo espacio temporal. Las risas de las dos implicadas no solo se produjeron en aquel intercambio de miradas fortuito, también cuando les tocó posar ante los medios allí presentes. Su Majestad, que ya ha vivido algún momento similar, apostó por el humor y se fundió en un simpático abrazo con su compañera de vestuario, cuya extensa carrera la ha hecho meritoria de este prestigioso reconocimiento.