A la hora de hacer deporte, elegir el outfit adecuado no es solo una cuestión de estética o ni siquiera de practicidad. Es una cuestión de necesidad, protección y, en definitiva, de salud. Especialmente, nos referimos a la elección del sujetador deportivo. Y es que este no solo debe resultar favorecedor o ir a juego con el resto de la equipación, sino que lo más importante es que nos quede como anillo al dedo.
Esto favorecerá a nuestra figura, nos hará más sencillo al ejercicio porque estaremos más cómodas, pero lo más importante de todo es que salvará al pecho de sufrir más de una lesión y dolencia. Pero dar con el adecuado a veces puede resultar mucho más complicado que acertar con el sujetador que utilizamos para el día a día. Y es que, hay que pensar en la talla y que el sujetador deportivo se adapte a nuestro contorno, pero también en el ejercicio que vamos a realizar, ya que no todos tienen el mismo impacto ni requieren lo mismo, en tanto a fuerza o implicación, del pecho.
Por eso, hemos recogido aquí las claves básicas para saber cómo elegirlo de una vez por todas y dejar de sufrir ese sujetador demasiado apretado que hace daño o aquel que queda demasiado suelto y no para de moverse.
Para saber si el sujetador deportivo que se está usando es el adecuado, el primer indicativo es el más básico: que sea cómodo. Es cierto que los sujetadores deportivos, especialmente los de compresión, aprietan ya de por sí más que el resto, pero la clave está en que esta compresión no sea molesta o dolorosa. Es decir, si afecta a nuestra respiración o a nuestros movimientos esto es un indicativo claro de que no es nuestro sujetador.
A partir de esta observación, lo siguiente es elegir la talla. Al igual que ocurre con los sujetadores del día a día, para elegir la talla perfecta hay que tener en cuenta el contorno y la copa. En este sentido, lo mejor será apostar por tallas más concretas, formadas por un número (los centímetros del contorno) y una letra (la copa). Porque las tallas S, M o L resultan demasiado genéricas y terminan no ajustándose bien ni sujetando correctamente, especialmente cuando hablamos de tallas grandes. Y es que, hay que tener en cuenta que con el ejercicio el pecho se desplaza y al menos hasta 14 centímetros en el caso de las tallas grandes, y si no se sujeta bien es cuando se producen lesiones en las fibras y desgarros musculares del pecho, desde descolgamiento hasta la inflamación de los ganglios, entre otras. Es decir, de lo que se trata es de tener el pecho inmovilizado pero sin oprimirlo.
En el caso de las tallas grandes, además, lo mejor será contar con un sujetador hecho por y para ellas, que realmente sea de alta sujeción para evitar desgarros, y que recoja bien el pecho por grande que sea. Como este de Shock Absorber.
Por eso, hay que tener también en cuenta no solo el contorno y la copa, sino los tirantes y la banda elástica también. Los tirantes tienen que quedar ajustados. En concreto, tal y como cuentan desde la marca de sujetadores Shock Absorber, se tienen que poder pasar dos dedos por debajo de cada tirante, por lo que lo mejor es que el sujetador deportivo en cuestión tenga tirantes ajustables. La banda elástica no debe marcarse en la piel y debe quedar a la misma altura por delante y por detrás. Por su parte, la copa no debe quedar arrugada.
Además, por esto mismo es también importante elegir bien el tejido. Apuesta por uno transpirable y de secado mucho más rápido, como la lycra, para evitar rozaduras. Este de Shock Absorber tiene termorregulación y permite una mayor evacuación del sudor.
Por supuesto, los aros quedan descartados, ya que al ajustarse tanto, además de estas rozaduras puede provocar dolor y cardenales y no son necesarios para la sujeción. En este mismo sentido, elige también uno que no tenga las costuras sin reforzar, pues te piden hacer heridas.
Para evitar rozaduras y comprobar que el sujetador deportivo sujeta correctamente, cada pecho deberá estar separado.
Con cada movimiento, el pecho se estira bruscamente pero no lo hace igual mientras practicamos yoga o pilates que si lo que hacemos es correr o levantar pesas. Por eso, es necesario un sujetador deportivo que se adapte perfectamente a las necesidades de cada ejercicio que vamos a realizar ya sea de bajo, medio o alto impacto. Así, además de tener en cuenta las claves generales para elegir el sujetador deportivo, específicamente habrá que atender a los tipos.
Hay tres tipos de sujetadores deportivos: de compresión, encapsulación y la combinación de ambos. Los primeros, no tienen copas abultadas, son lisos, y sujetan con el tejido se basan en reducir el movimiento lo máximo posible. Los segundos, llevan copas separadas y da un contorno natural al pecho pero sin dejar de amortiguar movimientos. Y los terceros suelen estar hechos con los materiales de compresión pero tienen forma.
Para deportes de alto impacto: estos pueden ser levantar pesas, correr, hacer elíptica… para ellos lo más indicado será un sujetador deportivo de compresión, de espalda cruzada y que la parte delantera recoja todo el pecho, de alta sujeción. Este de Puma está especialmente diseñado para este tipo de deportes y cuenta también con control de la temperatura corporal y mantiene la frescura alejando el exceso de humedad. Está disponible por 30 euros.
Deportes de medio impacto: estos son algunos como la marcha, patinar, ir en bici de forma tranquila… en este caso, lo mejor es un sujetador transpirable que se ajuste al pecho, como este de Decathlon, con relleno y disponible por 12,99 euros. En este caso, los sujetadores pueden llevarse con relleno o push-up para dar un poco de forma y además proteger el pecho ya que no necesitan ser tan ajustados y lo mejor serán los sujetadores combinados.
Deportes de bajo impacto: son el yoga, el pilates… es decir, actividades suaves y de bienestar. El sujetador para ellas debe ser cómo y flexible y solo elige un mínimo de sujeción. Pueden tener también un ligero efecto push-up para dar forma al pecho, ahora que puede contar más la estética. Este de Oysho está disponible por 25,99 euros.