Patricia Cerezo y Ramón García formaban uno de los matrimonios más estables del panorama nacional y su divorcio nos pilló por sorpresa el pasado verano. No había evidencias que nos hiciesen sospechar que su relación estaba en las últimas. Más de dos décadas después de pasar darse el ‘sí, quiero’ y con dos hijas en común, la pareja bifurcaba sus caminos sin un ápice de rencor por algunas de las dos partes. “Nos prometimos que nunca habrá reproches ni hablaremos mal el uno del otro, porque tampoco tenemos nada que decir”, recalcaba en ¡Hola!
En este último año, Patricia ha sabido reinventarse. En lo profesional, la empresaria ha creado una nueva agencia de comunicación y marketing que inauguró hace apenas dos meses. Un ilusionante proyecto que compagina con su reciente salto a la pequeña pantalla como colaboradora en un programa de la televisión autonómica de la capital. “Nunca he estado en la primera línea de fuego por el pacto que teníamos Ramón y yo de tener un proyecto de familiar en el que él era más el que salía en los medios”, destapaba en esta revista el acuerdo que tenía con el comunicador.
De hecho, unas declaraciones recientes de Patricia en el que aseguraba que ahora le toca trabajar después de haber “ejercido de madre las 24 horas del día” fueron entendidas como una indirecta al mítico conductor del ‘Grand Prix del verano’, con quien tiene actualmente una relación “correcta”: “Cualquiera que sea madre lo entiende, no puedes dejar de ser madre. […] En ese caso yo me he ocupado más, pero no he estado sola, no madre soltera. […] Estoy muy orgullosa de ejercer de madre las 24 horas, no es excluyente”.
Cargada de ilusiones en lo laboral y en lo personal. En diciembre salían a la luz las primeras fotografías de la periodista junto a Kiko Gámez, con quien espera disfrutar sus primeras vacaciones de verano conjuntas: “Se me está indefiniendo más, tenía un viaje y no dejan entrar turistas. Estamos improvisando. Cádiz, no fallo. Escapadita –romántica- si puedo”, aclaraba que “hay tiempo para todo” si se organizan bien las cosas.
Este ingeniero de Telecomunicaciones de 45 años -también divorciado y con dos retoños- llegó a la vida de Patricia cuando menos lo buscaba. “Me quiere mucho, me respeta mucho. Cada día me dice, de verdad, de corazón: ‘Creo en ti, eres fuerte, eres valiente, eres maravillosa’. Se me habían olvidado los pequeños placeres de la vida. El ir de la mano, pasear… A veces no eres consciente de lo que vales. Y Kiko es la persona, junto con mi padre, que más ha creído en mí”, le daba su lugar en la mencionada entrevista de ¡Hola!