Convertida en una de las personas más buscadas de la prensa nacional tras hacerse público su romance con una compañera de trabajo, Iñaki Urdangarin pone hoy punto final a su primer verano como ex de la infanta Cristina. Desde que salieran publicadas las primeras imágenes del exduque de Palma con Ainhoa Armentia, muchos han sido los rumores y los titulares sobre el futuro de la nueva pareja, sobre todo después de que inmortalizaran al exbalonmanista llorando en el interior de un coche mientras ella intentaba consolarle.
No obstante, esta semana han salido publicadas unas imágenes que prueban que las especulaciones sobre una posible crisis de pareja son inciertas. Iñaki y Ainhoa cogían un vuelo de Bilbao a Ibiza y desde allí se desplazaban en barco hasta Formentera, visitando algunos de los lugares más emblemáticos y disfrutando de unos días de sol y playa como cualquier pareja.
Ha sido en esta isla balear, precisamente, donde han desatado su pasión y han derrochado complicidad, ajenos a las miradas indiscretas del resto de los bañistas. Después de descansar en su alojamiento tras ponerse las botas en un chiringuito de la zona, Armentia y Urdangarin decidían extender sus toallas en la arena de la playa y protagonizar unas escenas de lo más comentadas.
No faltaron las confidencias, los gestos de cariño, las caricias, los juegos, las risas y los arrumacos entre ellos mientras estaban bajo los rayos de sol, subiendo aún más la temperatura con un apasionado beso en las cálidas aguas del Mediterráneo que hoy ha sido portada de la revista ‘Lecturas’. Una exposición pública que podría incomodar al entorno de la hija del rey emérito y que podría acelerar un proceso de divorcio que se encuentra en tierra de nadie.
Mientras esto sucedía, la infanta Cristina viajaba a Mozambique para comprobar personalmente el trabajo que realizan las dos fundaciones para las que trabaja. La hermana del rey siempre ha estado muy volcada en la ayuda al desarrollo, centrada en la medicina que previene las enfermedades que dañan a las poblaciones más débiles, en especial a los niños de las zonas más pobres de África.