Rosario Flores lleva tiempo alejada del ruido de la prensa del corazón y de las revistas que se interesan por todo lo que sucede en su vida privada. Las entrevistas que concede se centran única y exclusivamente en los proyectos en los que anda metida. Escasas son las ocasiones en las que habla en público de la familia que ha formado con el cineasta Pedro Lazaga.
La hija de La Faraona y el director de cine se conocieron en el rodaje de ‘Hable con ella’, la película de Almodóvar en la que ella hacía de torera y él ejercía de ayudante de dirección. “Fue una experiencia muy bonita […] A Pedro siempre le digo que le tengo que agradecer que ahí conocí a mi marido”, recordaba recientemente en el programa de Bertín Osborne. “Cuando me decían: ‘¿qué tal la película? Yo siempre decía: ‘divinamente’, porque me enamoré”, echaba la vista atrás la cantante de 'Como quieres que te quiera', que sigue igual de ilusionada después de más de dos décadas de relación.
Lazaga, hijo de otro director de cine con el que comparte nombre, ha permanecido en un segundo plano desde el inicio de su relación. “Es muy discreto. Él tiene su vida, su cine. Está considerado como uno de los mejores del cine español”, reconocía la trayectoria y el innegable talento de su marido, que está detrás de todos sus videoclips, en una de sus últimas intervenciones: “Tiene mucho arte. Igual que yo bailo, él dirige".
Rosario se quedaba embarazada de su segundo hijo, el primero de esta relación, cuatro años después de conocer a su pareja. La casualidad quiso que Pedro Antonio llegara al mundo el mismo día que Lola Flores, su abuela. “Estoy muy feliz, tengo un príncipe”, presentaba al nuevo miembro del clan Flores a los reporteros que esperaban su salida del hospital. El papá de la criatura, “su alma gemela”, acostumbrado a estar detrás de las cámaras, quiso que fuese su pareja quien atendiera a los medios presentes: “Está muy contento, pero no le gustan estas cosas. Es buenísimo, ha estado conmigo sin dejarme”.
Poco después del nacimiento del hermano de Lola Orellana, la pareja se daba el ‘sí, quiero’ en un enlace secreto celebrado en Barbate (Cádiz). “Ha sido algo espontáneo y lo he hecho porque estoy enamorada de mi marido y mis hijos”, declaraban por aquel entonces. Pedro y Rosario formalizaron su relación “de un día para otro” en una ceremonia improvisada a la que asistió parte de su familia y “un grupo reducido de amigos que se encontraban allí en ese momento”.