En menos de una década, Rozalén ha pasado de publicar su primer álbum a convertirse en una de las cantautoras más conocidas de la música patria. En su haber, varios discos de oro y platino, un buen puñado de temas que han sonado en todas partes, un sinfín de colaboraciones, y un Premio Nacional de las Músicas Actuales, entre otros muchos reconocimientos y galardones. La manchega, que calificaba de increíble lo conseguido hasta ahora en una entrevista para este medio, se ha convertido en solo unos años en un rostro muy conocido. Pero esta proyección pública no ha conseguido traspasar hacia su vida personal. La cantante ha preferido siempre que sea su arte el que hable de ella, dejando las menciones a su vida familiar y sentimental para ocasiones muy puntuales: así es la faceta más íntima de Rozalén.
Natural de Albacete, los suyos son parte fundamental de su vida, y así lo recuerda de vez en cuando en entrevistas o redes sociales. Una de las últimas muestras públicas tuvo lugar el pasado mes de febrero, cuando la autora de 'La puerta violeta' dijo adiós a su padre, Cristóbal Rozalén (la cantante usa su primer apellido como nombre artístico, pero en realidad se llama María). Su hija siempre tuvo palabras de cariño y orgullo para él, dando a conocer cómo fue el romance entre sus progenitores, la "historia de amor más bestia", en sus propias palabras.
La vida amorosa de la cantautora también ha escapado de sus declaraciones públicas. Fue en 2018 cuando la artista mencionó por primera vez abiertamente que se encontraba en una relación sentimental: "Tengo una pareja, un periodista, que es maravilloso, un ser de luz que me complementa", reconocía en una entrevista para El Mundo, en la que admitió que no se veían tanto como le gustaría por motivos laborales. Se trata de Daniel Ayllón, que aparece en fotos junto a ella y otros amigos comunes desde al menos 2016 en sus respectivas cuentas de Instagram.
Ayllón es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado una extensa carrera periodística en diversos medios de comunicación, especialmente en temas sociales, de política e internacional, y formando parte del equipo fundador de hasta tres periódicos distintos. Trabajó como reportero gráfico durante un tiempo y ha hecho colaboraciones puntuales en radio y televisión. Acumula distintos reconocimientos a lo largo de su trayectoria.
En los últimos años, su nombre ha ganado una mayor notoriedad debido a su incursión en el mundo de la comunicación política, donde ha ocupado distintas responsabilidades asesorando a dirigentes y encargándose de la relación de estos con los medios de comunicación. Desde principios de 2020 trabaja como director de Comunicación del Ministerio de Consumo, liderado por Alberto Garzón, a quien le une una amistad de hace ya muchos años, y a quien hemos podido ver puntualmente en Instagram, junto a Daniel y María, en algún plan informal.
Los perfiles en redes sociales de Ayllón nos permiten conocer algo más de él en lo personal. Amante de los viajes, en su Instagram deja buena muestra de sus aventuras por el mundo, que incluyen un total de 58 países. También de sus peripecias como cocinero, de su pasión por la acuarela, la lectura, las rutas en bicicleta o la jardinería (la pareja vive en una casa rodeada de naturaleza en Valdemorillo, un pueblo de la Comunidad de Madrid).
Aunque evita las referencias a su pareja, María sí ha hablado largo y tendido sobre la necesidad de quererse a uno mismo como base sobre la que poder querer y dar "tiempo de calidad" a los que la rodean. Algo que a ella personalmente le ha costado tiempo y sobre lo que se ha pronunciado en sus redes. Rozalén se define a sí misma como una persona "muy poco romántica" y tiene claro que nunca ha deseado casarse.
Rozalén ha hablado en alguna ocasión de la posibilidad de ser madre. La artista, que cumplió 36 años el pasado octubre, ha comentado en alguna entrevista que sí desea estrenarse en eso de la maternidad en algún momento, se trata de un deseo que siente desde que era pequeña. Pero la cantante se encuentra con ciertas dificultades a la hora de escoger el momento: no por la edad, sino por su profesión.
"Tendría que parar y es una responsabilidad muy grande", ha admitido en alguna ocasión, explicando que suele tener su vida planeada a dos años vista, por lo que nunca parece ser un buen momento. María piensa que la posibilidad depende en buena medida de si las cosas le siguen yendo bien durante unos años más, quizá entonces "en vez de componer me dedique a tener niños", ha llegado a decir, valorando también la posibilidad de ser madre mediante adopción.