Gestionar el dinero en pareja: ¿cuenta común o cuentas separadas?

Una de las conversaciones más incómodas para una pareja, y que suele posponerse hasta que se ha cumplido un año de relación, es hablar de dinero. La gran pregunta que se plantea cuando llega el momento crucial es si tener una cuenta común o cuentas separadas. Las tendencias apuntan en una dirección, mientras que las recomendaciones siguen un camino distinto. Los más jóvenes lo tienen claro: las cuentas, mejor separadas. Ahora bien, parece ser que el compromiso que implica compartir una cuenta bancaria es muy favorable para la relación de pareja

Las cuentas ¿juntas o separadas?

Nos gustaría darte una respuesta que te ayudara a resolver cualquier duda al respecto, pero lo cierto es que no hay una fórmula estándar para todas las parejas. Suena lógico si pensamos en factores que influyen en esta decisión, como el tipo de relación, el momento en el que se encuentra o la situación económica de cada uno. Tener una cuenta común implica que los dos miembros de la pareja tienen el mismo derecho para utilizar ese dinero con libertad, del mismo modo que ambos son responsables de las deudas que se puedan generar en esa cuenta.

Una cuenta común favorece los proyectos a futuro de la pareja, como comprarse una casa, pero también facilita los gastos inmediatos que implica la convivencia, como el pago de un alquiler o del recibo de la luz. Sin duda, esto implica un grado de compromiso alto y presupone que entre ambos existe la confianza, algo que es esencial en una relación de pareja. 

Desventajas de una cuenta común

Si bien parece obvio qué puede tener de positivo compartir una cuenta en el banco, como te decimos, no tiene por qué ser la mejor opción para todas las parejas. Hay muchas personas que, a pesar de tener una relación estable con otra persona, prefieren mantener cierta intimidad a la hora de realizar gastos. Aunque no tenga por qué ser así, parece inevitable que, cuando hay una cuenta conjunta, se conozca al detalle cada gasto que ha realizado el otro miembro de la pareja. Y esto, para algunas personas, supone la pérdida de una parcela de intimidad. 

Por otro lado, por muy felices que seamos en nuestra relación, la posibilidad de que se produzca un ruptura es una realidad que no podemos obviar. Por este motivo, y a pesar de que la confianza en el otro sea absoluta, hay quienes eligen tener cuentas separadas para facilitar las cosas si llega el momento de separarse. 

La opción intermedia

Vemos que no se puede entrar a valorar con total seguridad cuál es la mejor opción para gestionar el dinero en pareja, pero sí es cierto que hay una tercera opción que parece ser la elección de una gran mayoría en la actualidad. Se trata de mantener una cuenta personal cada uno, pero abrir una común para todos los gastos.

Además de mantener la independencia y de facilitar la gestión de una posible ruptura, cuando existe una desigualdad clara en los ingresos, para muchos resulta la mejor opción. Eso sí, para que funcione, lo ideal es que ambos ingresen la misma cantidad de dinero de manera periódica. Esta fórmula, además, no excluye que si uno de los dos tiene más dinero, decida aportar más en un determinado momento o cubrir gastos que con la cuenta común no sería posible.