El largo y tortuoso camino hasta el sábado 8 de julio, el día en el que se celebró la boda del año, entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva, mantuvo a la pareja en primerísima línea del foco mediático. Fueron meses de preparativos y de un innegable interés en la pareja: cada uno de sus movimientos y declaraciones (o las de su amplio entorno) se convertía en noticia. Así fue hasta ese esperado fin de semana y en los días inmediatamente después cuando, exclusiva en mano, pudimos disfrutar ya de todos los detalles del enlace. Desde entonces, los marqueses de Griñón se han embarcado en su viaje de novios sin que se haya vuelto a tener novedades sobre ellos. Hasta ahora: Tamara ha compartido las primeras imágenes de su luna de miel.
Han sido muchas las especulaciones con respecto al itinerario y demás detalles del viaje. Lo que se sabe hasta ahora es que les permitirá dar la vuelta al mundo, con paradas en distintos puntos del globo. Y que la aventura comenzaba en Johanessburgo, la capital de Sudáfrica: allí llegaron, tras un vuelo de más veinte horas con escala en Dubái. La prensa les captó a su paso por el aeropuerto pero, desde entonces, no habíamos vuelto a tener señales de vida de la pareja, de cuyos posibles planes de paternidad se habla ya abiertamente.
La aristócrata ha compartido ahora las primeras imágenes de su viaje junto al empresario como mujer y marido. Lo ha hecho en Instagram, donde ha publicado un carrusel con varias fotografías que resumen cómo han sido estos días de descanso y planes turísticos en Ciudad del Cabo. "El comienzo de un viaje tan dulce como la miel y de tanta belleza como la luna", ha escrito Tamara junto a la publicación, que ha acompañado junto a varias historias con más detalles de algunas de las jornadas que han podido disfrutar.
Lo primero que llama la atención, según las instantáneas publicadas, es las temperaturas a las que se encuentra la pareja, debido al invierno en el que actualmente se encuentra el país africano. Aunque esto ya se conocía, llama la atención ver, en pleno verano español, con abrigos, botas, bufanda y gorro a la hija de Isabel Preysler en la cubierta de un barco. Porque Falcó y Onieva han podido realizar estos días de planes como excursiones marítimas en busca de fauna autóctona (una de las actividades típicas de la zona), o disfrutar de la costa y la gastronomía.
Todo ello alejándose en un histórico hotel de la ciudad, el Mount Nelson, que está en funcionamiento de 1899. De un curioso color rosa en símbolo de paz y con estética colonial, cuenta con todo tipo de instalaciones, incluidas piscinas, canchas de tenis, spa o peluquería.
El alojamiento elegido por el matrimonio tiene, también, mucho de exclusivo. Según se puede consultar en varios portales de reservas online, los precios de las habitaciones del mismo oscilan entre los 783 euros por noche de la habitación más barata a los cerca de 2.000 por la mejor suite disponible para dos personas.