Se conocieron en 1993, pero no ocurrió nada entre ellos. La vida les dio una segunda oportunidad un lustro después: volvieron a coincidir y, entonces sí, surgió el amor. Dos décadas y media es lo que se prolonga la relación sentimental entre Arantxa del Sol y Finito de Córdoba. Un tiempo que ha servido para casarse, formar una familia con el nacimiento de sus dos hijos y asentarse como una de las parejas vip más longevas y sólidas. Para muestra, las imágenes del reencuentro de ambos durante la presente edición de 'Supervivientes'. Pero como ocurre en cualquier historia de amor, ha habido también diferencias y problemas. Y la presentadora ha hablado de ello.
La participación de Arantxa en el reality de supervivencia de Telecinco ha devuelto a la primera línea mediática al que fuera uno de los rostros más destacados de la pequeña pantalla en la década de los noventa. Como ella misma ha explicado, no fue fruto de una decisión voluntaria, sino que dejó de recibir ofertas. Un cambio en el que cree que el "destino" tuvo mucho que ver y que asocia temporalmente a su boda con el torero, en el año 2001. El diestro, por su parte, sigue en activo actualmente.
El vínculo entre ambos es, como la también modelo y actriz ha expresado desde Honduras, muy fuerte. Del Sol llegaba a admitir, antes de que su marido pisase los Cayos Cochinos, que tenerle cerca le permitiría seguir en el concurso sin flaquear. Su hija mayor, Lucía, explicaba en plató, tras ver a sus padres reunirse, que son "muy románticos" y que siguen muy enamorados. ""Siempre les digo que son como niños de cinco años", revelaba, añadiendo algunos detalles sobre la vida privada de sus progenitores.
Pero en todo este tiempo de relación también ha habido, lógicamente, dificultades y baches. Finito se refería a ellas en un mensaje a Arantxa, recomendándole afrontar los problemas como lo han hecho siempre, "con calma, con inteligencia, con firmeza y siempre juntos". Palabras en línea por lo expresado por ella, que reconocía en la isla que el secreto de seguir juntos tras tantos años tiene mucho que ver con el "reír mucho y ser muy cómplices". Al hablar de este tema, la presentadora admitía que en cualquier caso no era "fácil", pero concluía en que está con él "mejor que hace años".
Aunque en 'Supervivientes' ha abordado la cuestión de una forma más tangencial, en ocasiones anteriores la asturiana sí profundizó más en dichos problemas. En una entrevista para el diario ABC el año pasado, explicaba que, como en cualquier relación, también hay "sus diferencias". Nada importante, según sus propias palabras: "Solo han sido bronquillas y reconciliaciones que es lo mejor. Nunca nada grave ni de separarnos un día completo", relataba entonces, reduciéndolas a "cosas de la convivencia".
Preguntada por una eventual ruptura en el futuro, Arantxa admitía que "nunca se sabe lo que puede pasar", aunque confiaba en que no fuese su caso. De hecho, afirmaba entonces tocar "madera" y admitir que, con el paso de los años, han ido "a mejor como pareja". "Con el tiempo nos hemos ido conociendo más y adaptando mejor. Y lo nuestro funciona", razonaba.
Según sus palabras, las "mayores broncas" han sido siempre relacionadas con los niños. Juan (el nombre real de Finito), es "muy niñero" y siempre quería pasar tiempo con ellos en el campo, haciendo que perdiesen clases, siendo ella quien tenía que dar explicaciones al profesorado. "Pero reconozco que esos recuerdos ya no se los quita nadie", zanjaba.