Pocos nombres hay más destacados en la televisión patria que el de Ramón García. El presentador acumula cuatro décadas de trayectoria profesional delante las cámaras de la pequeña pantalla y de los micrófonos de la radio. A sus espaldas, un amplio puñado de formatos míticos que le han convertido en parte fundamental del imaginario colectivo. Pero pese a ello, siempre ha mantenido un perfil bastante discreto en cuanto a su vida personal, marcada por su matrimonio con Patricia Cerezo, de la que se divorció en 2021, y el nacimiento de sus dos hijas. Ayer se reencontró con su exmujer debido a la graduación de la pequeña, Verónica. Y hubo un detalle significativo.
Se casaron en 1997 y mantuvieron una larga relación sentimental, fruto de la que nacieron Natalia y Verónica. Hace aproximadamente tres años, en el verano de 2021, se confirmaba su ruptura y posterior divorcio tras dos décadas y media juntos. Desde entonces, la vida de ambos ha generado un especial interés mediático. A García no se le ha conocido pareja desde que se separase de su exmujer, mientras que Cerezo comenzó una historia de amor hace casi tres años con Kiko Gámez, actual director global de E-commerce de Telefónica, aunque no conviven juntos.
El vínculo entre Ramón y Patricia siempre ha gozado de buena salud desde que finalizaron su matrimonio. Así lo han confirmado los propios protagonistas en más de una ocasión a lo largo de estos años. Aunque los años de su ruptura fueron "los más duros" de la vida del bilbaíno, al producirse también el fallecimiento de su padre y su madre, siempre ha habido "armonía, cariño y buenas palabras" entre ellos, en palabras de la madrileña.
Ayer, el presentador y la colaboradora volvieron a reencontrarse con motivo de la graduación académica de la pequeña de la familia, Verónica, que a sus diecisiete años ya ha finalizado sus estudios de bachillerato. El British Council School de Madrid en el que estudió celebró la tradicional fiesta de graduación, y a ella acudieron los padres de los estudiantes, entre ellos, García y Cerezo.
Su asistencia y el frente común para apoyar a la benjamina del clan dejó, no obstante, un detalle importante. Según relata Europa Press, Ramón abandonó las instalaciones unos minutos antes de que saliesen su exmujer y su hija con el objetivo, declaran en el citado medio, de "evitar que les fotografiasen juntos y acaparar todas las miradas" a la salida de los estudiantes.
Poco después, los fotógrafos captaron a Patricia del brazo de Verónica, la madre con un vestido azul estampado y la hija con uno en tono mostaza. El gesto difiere de lo que ellos mismos hicieron hace tres años, cuando celebraron la puesta de largo de la primogénita, Natalia. Por entonces, sí hubo posado familia al completo.