En marzo de 2023, la vida dio un vuelco total para Luis Canut. El guionista, hermano de Nacho Canut (la mitad de Fangoria junto a Alaska) y marido de Patricia Pérez contrajo entonces una peligrosa enfermedad, una meningitis criptocócica. Comenzaron entonces meses muy difíciles, Canut llegó a estar hospitalizado durante medio año y con durísimas secuelas de las que todavía se recupera. Aunque en todo este tiempo la pareja, que cumple veinte años de relación sentimental, ha visibilizado la situación, ahora se han sincerado en profundidad sobre lo vivido en una entrevista para ¡Hola! Esto es lo que han contado.
Aunque Luis reconoce actualmente estar "muy contento y muy bien", dispuesto a pasar página y tomarse todo lo que ha vivido como oportunidad, lo cierto es que las cosas no han sido nada fáciles en esta temporada, desde que se contagiase de la mencionada enfermedad por un hongo que es habitual en las heces de las aves. "Realmente, subí arriba, toqué la puerta a San Pedro, le pillé en el baño y bajé", confiesa a la mencionada revista sobre lo grave que llegó a ser su situación en el pasado, que ambos califican como "una película de terror".
El contagio no es habitual ya que la levadura es inhalada habitualmente como otras bacterias presentes en el ambiente. Es letal, pero no es habitual que entre en el organismo y menos que penetre en el cerebro, donde originó la infección. Luis recuerda un dolor de cabeza muy fuerte, acudió a urgencias durante nueve días y aunque en un principio pensaron que podía ser una simple cefalea por estrés, los resultados de una punción lumbar arrojaron luz de forma definitiva.
Luis pasó por distintas fases, ya que la situación se fue agravando con el paso del tiempo. Según ambos relatan en la charla con el mencionado medio, Canut perdió la visión, el gusto, el oído, dejó de andar y de poder mover la parte derecha del cuerpo, perdió el pelo, se quedó ciego de un ojo y empezó a ver "cosas sin sentido", tuvo delirios y hubo de ser atado a la cama. No podía escribirse, vestirse, asearse ni, en palabras de su mujer, centrarse en una conversación. Ambos recuerdan con especial horror cuando sufrió un ataque epiléptico masivo que, según Patricia, le dejó "turuleco perdido".
Todo ello, fruto del daño estructural cerebral que padecía, aunque Luis admite que nunca quiso pensar en lo peor pese a los difíciles momentos vividos. El tratamiento que le dieron para combatir la enfermedad era "superagresivo", entre medicación antifúngica y para el dolor que le suministraban seis horas al día.
Todavía sigue a tratamiento actualmente, ya en casa. Su neurólogo le asegura que falta un año para poder valorar qué secuelas seguirá manteniendo de forma permanente. Por ahora, lo peor tiene que ver con la visión. "No soy ciego, pero veo muy, muy poco. No veo caras ni nada nítido", cuenta, admitiendo que puede que mejore cuando el cerebro se desinflame por completo. También tiene molestias en el oído. Emocionalmente, eso sí, reconoce haber salido "bastante reforzado" y tener "otra perspectiva" de las cosas.
La charla ha servido, por lo demás, para que ambos declaren, una vez más, su amor en público. Pérez ha sido el apoyo de Canut durante todo este tiempo, que reconoce que el último año le ha unido a ella más que nunca. De hecho, la pareja, que no puede tener hijos de forma natural ya que a Patricia le faltan unas proteínas en la sangre que afectan a la placenta, planea volverse a casar.