Úrsula Corberó dio sus primeros pasos en la interpretación en el año 2007. Tres más tarde, en 2010, Chino Darín debutaba en una serie argentina. Desde entonces, cada uno de ellos ha continuado desarrollando una gran trayectoria que les ha convertido en dos de los actores más reconocidos a nivel internacional, con numerosos proyectos de renombre a sus espaldas. Uno de ellos, ‘La Embajada’, fue el que vio nacer su historia de amor hace ya ocho años.
Antes de comenzar el rodaje de la serie mencionada, tanto Úrsula como Chino se desplazaron para realizar las pruebas de vestuario de sus respectivos personajes hasta el set de grabación, lugar en el que se produjo su primer encuentro: “Estas cosas que hacemos los actores que nos cambiamos todos con todos y no nos conocemos de nada. Bueno, de repente llegó Chino y yo no le había visto nunca”, ha comenzado explicando la actriz a Susana Giménez en Telefe.
A pesar de tratarse del primer instante en el que ambos cruzaron miradas, la catalana ha confesado cuáles fueron sus primeras y sorprendentes palabras hacia el argentino: “Lo primero que le dije fue: ‘Hola, soy tu novia’”, se ha sincerado. Durante la misma charla la intérprete ha continuado expresando que lo descrito podría haberse tratado de “un manifesting, ahí en toda regla”, por la forma en la que posteriormente surgió entre ellos su romance. Sin embargo, ella “hacía de su novia” en la ficción, razón por la que lo dijo “con segundas”.
Además, ha desvelado no saber a día de hoy si su pareja tuvo un flechazo hacia ella en ese momento. Si ocurrió, ha recalcado que “lo disimuló muy bien”. A pesar de ello, tal y como Darín confesó a Rolling Stone en una ocasión, al escucharla reír ese mismo día quedó “impactado” y desde entonces no dejaron de hablar.
Ahora, cuando se cumplen ocho años de los orígenes de su relación, se han convertido el uno para el otro no solo en un apoyo en lo personal sino también en lo profesional, donde están “todo el día montados en un avión”: “Cuando no es por él es por mí, y cuando no es porque yo vengo a verle o el viene a verme a mí”, ha concluido Corberó sobre los proyectos que les llevan a pasar tiempo separados y en los que han conseguido encontrar el equilibrio.