Susana Saborido y Joaquín Sánchez forman una de las parejas más queridas del panorama mediático español. Su historia de amor comenzó en su juventud, cuando él despuntaba en el mundo del fútbol. Con una carrera brillante, el futbolista gaditano jugó en equipos como el Real Betis, el Valencia, el Málaga y la Fiorentina, dejando huella por su talento y carisma dentro y fuera del terreno de juego. En 2023, tras más de 20 años como profesional, colgó las botas en el club de su vida, donde vivió algunas de las mayores alegrías de su trayectoria deportiva.
Juntos, Susana y Joaquín han formado una sólida familia. La pareja contrajo matrimonio en 2005 y desde entonces han compartido no solo la vida familiar, sino también los retos y alegrías de una carrera exigente como la del fútbol y la crianza de sus dos hijas, Daniela y Salma, que se han convertido en su mayor apoyo tras su retirada.
Tras su retirada del fútbol profesional, Joaquín no ha dejado de estar ocupado, tal y como ha comentado su esposa, Susana, a los micrófonos de Europa Press. “Yo creo que ahora trabaja más que antes, porque como está en la directiva y está siempre ahí en los partidos, él no para, él siempre está trabajando”, señaló. El exjugador del Betis ha encontrado una nueva faceta dentro del club verdiblanco como parte de su directiva, lo que le mantiene muy involucrado con el equipo que marcó su carrera. Además, Saborido adelantó que está preparando un nuevo proyecto televisivo, aunque todavía no ha revelado los detalles. “Pronto se sabrá todo”, aseguró con discreción.
En cuanto a las Navidades, explicó que las celebrarán en familia, como siempre ha sido tradición en los Sánchez-Saborido. “Nada, tranquila, en familia, con mi madre, mis hermanos, mi marido, mis niñas”, ha comentado, recalcando la importancia que tiene para ellos disfrutar de estos momentos juntos. El primer año fuera del terreno de juego ha sido diferente para Joaquín, pero también una oportunidad para seguir explorando nuevos retos y proyectos, siempre con el respaldo de su familia y, en especial, de su mujer.
Joaquín Sánchez y Susana Saborido sellaron su amor con una boda multitudinaria que ambos recuerdan como un día caótico pero significativo. El evento, celebrado en Sevilla, atrajo a una cantidad inusual de personas, hasta el punto de que la policía tuvo que escoltar a los novios para que pudieran entrar en la iglesia. Antes de la llegada de la novia, en la plaza frente al templo ya se habían congregado decenas de curiosos, algunos incluso con mesas y sillas de playa, deseosos de presenciar el enlace.
Dentro de la iglesia, la situación no fue menos peculiar. Muchas de las personas presentes no eran conocidas de la pareja, pero el cura insistió en que no podían cerrar las puertas porque era "la casa de Dios". Uno de los momentos más memorables del día fue cuando Manuel Ruiz de Lopera, entonces presidente del Real Betis, llevó al altar la copa ganada por el equipo y los recién casados se fotografiaron con el trofeo. Hoy, cerca de su 25 aniversario, planean celebrarlo de manera más íntima, dejando atrás el bullicio de aquel inolvidable día.
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