Con tan solo 19 años, un joven Jorge Mario Bergoglio entraba al seminario arquidiocesano de Villa Devoto y comenzaba su carrera religiosa. Sin embargo, antes de dar el paso que le llevaría a convertirse en el guía espiritual de los más de 1.400 millones de católicos que hay en todo el mundo, el papa Francisco, que falleció en el día de ayer a los 88 años, vivió una vida 'mundana' similar a la de cualquier otro niño y adolescente. Una vida que incluye incluso una novia de la que él habló en su biografía, 'Vida', que se publicó en marzo de 2024.
El Pontífice era tan solo un niño cuando se enamoró profundamente de esta niña, que al igual que él creció en el barrio de Flores. Tenían tan solo 12 años cuando el Pontífice y Amalia Damonte, que compartían su origen humilde, iniciaron este romance que se mantuvo a lo largo de varios años. Unos años durante los cuales el Papa llegó a declararse mediante cartas, en las que dejó claro que ella era el amor de su vida y que si su futuro no estaba ligado sentimentalmente al suyo, dedicaría su vida a la religión. "Si no me caso con vos, me hago cura", le llegó a decir en una de esas misivas. Toda una declaración de intenciones que finalmente se acabó convirtiendo en una realidad.
Desafortunadamente, la historia de amor de Jorge Mario y Amalia no prosperó. Cuando los padres de la joven descubrieron el romance, se opusieron firmemente. Decididos a poner fin a ese amor de juventud, la prohibieron seguir manteniendo contacto con él y recibir más cartas. Ese fue el final de su relación, lo que supuso un auténtico drama para la pareja.
Sus caminos se separaron y poco después de esta dolorosa ruptura, en 1957, él cumplió su 'amenaza' e ingresó en el seminario para convertirse en cura, tal y como le dijo en una de esas cartas en las que le declaraba su amor y le hablaba de matrimonio.
No obstante, pese a su separación sentimental, el papa Francisco y Amalia Damonte mantuvieron el contacto por carta hasta hace unos meses, por lo que cuentan en Roma. Un dato muy significativo que pone de manifiesto la importancia de aquel amor adolescentes truncado por la oposición de los progenitores de ella.
De hecho, a los pocos días de que fuera nombrado Papa, Amalia Damonte, que se casó y tuvo cuatro hijos, recordó cómo era Jorge Mario Bergoglio de joven. “Era grande, maduro, una maravilla de muchacho. Jugábamos en las aceras o en los parques de la zona, bailábamos... algo muy lindo. Éramos muy humildes, amábamos a los pobres... En eso éramos almas gemelas", contó en un medio de comunicación argentino sobre el entonces recién elegido pontífice, que dejó instrucciones sobre su funeral.
Aunque Amalia fue su gran y único amor, el papa Francisco también relató en sus memorias que cuando ya estaba formándose para iniciar su carrera religiosa volvió a sentir algo por otra mujer. Una realidad de la que habló con total normalidad en su biografía puesto que el amor forma parte de la vida. "Durante el seminario tuve un pequeño flechazo: es normal, de lo contrario no seríamos seres humanos", relata en 'Vida. Mi historia a través de la historia'.
En estas memorias, el pontífice recordaba que había estado enamorado con anterioridad, pero que esta historia fue diferente. "Ya había tenido novia en el pasado, una chica muy dulce que trabajaba en el mundo del cine y que luego se casó y tuvo hijos. Esta vez, sin embargo, estaba en la boda de uno de mis tíos y quedé deslumbrado por una chica".
Aquella mujer le conquistó por completo. "Realmente me hizo dar vueltas la cabeza por lo hermosa e inteligente que era. ¡Durante una semana tuve su imagen siempre en mi mente y me costaba orar!", relató Bergoglio, quien finalmente se decantó por la carrera religiosa. "Luego por suerte pasó y me dediqué en cuerpo y alma a mi vocación", explicó en sus memorias el papa, que no imaginaba entonces que consagrar su vida a Dios le convertiría en una de las figuras claves de la historia del catolicismo.
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