Hace tres años y medio que la vida de Nacho Palau dio un vuelco. Fue en octubre de 2018 cuando se conoció que Miguel Bosé se separaba del escultor después 26 años de desconocida relación. Desde entonces son sonados sus enfrentamientos en los tribunales por el futuro de sus cuatro hijos -Tadeo, Diego, Telmo, Ivo y Telmo-, pues los dos biológicos del artista viven con él en México, y los dos otros dos con el actual concursante de ‘Supervivientes’ en España, concretamente en la localidad valenciana de Chelva.
Nacho se instalaba en este municipio para reconducir su vida después de más de un cuarto de siglo conviviendo con el intérprete de ‘Don diablo’ a miles de kilómetros de su tierra. En Chelva encontraba la estabilidad necesaria y el apoyo de su entorno para sacar adelante a sus vástagos, trabajando como cocinero en una residencia de mayores y en una fábrica de embutidos (con un sueldo mileurista) para darle a los pequeños la mejor vida posible.
Lola Medina, su madre, recuerda esta semana en la revista Diez Minutos que Bosé “lo dejó en la calle” tras su separación
Según José Antonio Avilés, el cantante había ofrecido a su expareja un inmueble en México para no separar a los cuatro niños tras la ruptura, información que ahora ha sido desmentida por Lola en esta entrevista. “Que yo sepa jamás le ofreció una casa allí. Además, Nacho no se iría nunca a vivir a México”, asegura que su hijo “está feliz” con su nueva vida.
No obstante, Miguel sí que ofreció un acuerdo económico a su expareja que éste rechazó. “¿Sabes que Miguel se quiso quedar con esta casa?”, dejaba sin palabras a nuestros compañeros del citado medio con su confesión. “Le dijo a Nacho que él seguiría pagando los mil euros de hipoteca hasta los 18 años de los niños y después esta casa pasaría a ser suya”, declinó la oferta para no perder su vivienda que, “afortunadamente”, continúa a nombre del escultor.