Hace apenas unas semanas, cuando la situación de Tamara Falcó tras su abrupto final con Íñigo Onieva seguía siendo actualidad, Isabel Preysler hablaba maravillas de su relación con Mario Vargas Llosa. Aunque volvió a negar que fuesen a casarse "a estas alturas", su último encuentro con los medios era una celebración de la estabilidad que había alcanzado con el que era su compañero de vida desde hace ya ocho años. De ahí la sorpresa que ha provocado en la mañana de este miércoles la portada de la revista ¡Hola! en la que ella misma hace oficial su ruptura.
Para entender el porqué de esta separación, la guinda a un fatídico año en el que el papel couché ha perdido a la mayoría de sus parejas más icónicas, debemos irnos al interior de la revista, donde se detalla la cronología del final de una historia de amor que ya no tiene vuelta atrás.
Así lo manifiesta tanto Isabel, que pronuncia la palabra "definitivo" en sus primeras declaraciones al respecto, como su medio de cabecera, que asegura que todo saltó por los aires hace apenas unos días, a mediados de diciembre, a raíz de una "escena de celos infundados" que provocaron la salida del Premio Nobel de la casa en la que convivía con la socialité.
Tras este desencuentro sobre el que no han querido entrar en detalles (eso sí, se explicita tanto dentro como en la portada que no existen "terceras personas"), Vargas Llosa decidió abandonar para siempre la mansión del exclusivo barrio de Puerta de Hierro, ubicado a las afueras de Madrid, que había sido su residencia desde que empezó su noviazgo.
De ahí se marchó a un piso del que es propietario que se encuentra muy cerca de la Puerta del Sol, epicentro de la capital. Y ahí continúa. Esta decisión, según la información de ¡Hola!, fue el detonante, junto a las constantes "discusiones" y la pérdida de la ilusión de los inicios, para que Isabel Preysler pensase que "no merecía la pena continuar" a su lado, mencionándose también que la "dignidad" y la "educación exquisita" que caracterizan a la madre de Enrique Iglesias no concuerdan con lo que califican como "una falta de cortesía".
Ahora, aunque ella está "triste" por este desenlace, su intención de cara a esta nueva etapa vital sería disfrutar de la paz que le aportan tanto la madurez como sus nietos, que están siendo un "refugio" para la filipina en las que serían sus navidades más complicadas.