Si pensamos en uno de los divorcios mediáticos más polémicos de los últimos años, en nuestra cabeza aparecerán directamente ellos. Angelina Jolie y Brad Pitt anunciaban su ruptura hace cuatro años, sumergiéndose en un largo proceso judicial que se ha extendido hasta el día de hoy. La pareja ha tenido siempre claro que su principal punto de batalla era la custodia de sus hijos, así como la repartición de todo lo que consiguieron y crearon durante sus años de relación. Ni uno ni otro está dispuesto a dar su brazo a torcer, siendo la actriz la última en escribir el último capítulo de este proceso, al solicitar que el juez que supervisaba su divorcio sea descalificado del caso.
Este mismo lunes, Jolie requería al Tribunal Superior de Los Ángeles que el magistrado John W. Ouderkirk sea retirado del litigio debido a las revelaciones insuficientes que ha aportado de sus relaciones comerciales con una de los abogados de su exmarido, es decir, aquellos casos en los que ha sido contratado anteriormente y que han estado relacionados con la susodicha. Al parecer, durante los procedimientos, el juez señalado "no reveló los casos que demostraban la relación actual, en curso y asidua entre el juez y la abogada del demandado", según ha explicado en sus páginas Daily Mail.
La expareja, al igual que otra serie de famosos, decidían en su momento poner su divorcio en manos de un juez privado, con la única intención de mantener en completa initimidad algunos documentos y detalles financieros y personales. Sin embargo, Jolie enfatizaba en este comunicado que, a pesar ser un mediador de estas características, debe jugar con las mismas reglas: "No importa si el juez Ouderkirk está de hecho prejuiciado. Bajo la ley de California, se requiere la descalificación siempre que una persona al tanto de los hechos 'pueda albergar una duda razonable' sobre la capacidad de este de mantenerse imparcial".
A pesar de sus numerosas desavenencias, parece que los actores van encontrando poco a poco la manera de enterrar su hacha de guerra. A principios del pasado mes de julio, Brad era captado por las cámaras cuando salía en moto de la casa donde reside su exmujer. El protagonista de ‘Mr y Mrs Smith’ permanecía alrededor de dos horas en el interior disfrutando de sus seis hijos, tal y como está pactado en el régimen de visitas. Además, no le habría costado mucho esfuerzo su desplazamiento, ya que el actor cuenta con una mansión en el mismo barrio que le permite estar cerca de la familia.
Una visita que no le habría hecho mucha gracia a uno de sus hijos, Maddox. Según apuntaba el medio americano UsWeekely, el joven no se encuentra receptivo ante las intenciones de Pitt de guiar a buen puerto su relación, que “sigue siendo inexistente”. Asimismo, la publicación aseguraba que este no había sido el único que había preferido mantenerse lejos de él, ya que Pax –que fue adoptado tras una visita a Vietman- también se habría mostrado alejado del ex de Angelina.