Terminaron su relación en 2010 y sus vidas han ido evolucionando por separado. Cinco años después, David de María se convertía en padre de su primer y único hijo, fruto de su relación con Lola Escobedo. Ahora, diez años más tarde de romper con el artista, Chenoa ha decidido casarse con el urólogo Miguel Ángel Encinas, su actual prometido. Pero aunque el amor llegó a su fin, el vínculo entre ambos no se ha roto del todo.
Así lo ha confesado él en un directo de Instagram que ha tenido lugar durante esta cuarentena. Según ha compartido con sus seguidores, sigue manteniendo una amistad con Laura, a la que asegura seguir teniendo mucho cariño. Su forma de interactuar es vía WhatsApp, donde mantienen el contacto para saber el uno del otro y de sus respectivas familias.
A pesar de que se siguen en redes sociales, ambos tienen una regla no escrita “para no crear tonterías” tras su ruptura. “A veces evitamos incluso darnos ‘me gusta’ a nuestras fotos para evitarlo”, ha desvelado con total naturalidad.
De hecho, la última vez que coincidieron en persona llegaron a cantar juntos. ¡Incluso hubo presentación oficial de Miguel Ángel Encinas! El encuentro tuvo lugar en el cumpleaños de un amigo en común de Cadena 100, Jorge Plané. Y en la fiesta, en la que también hubo otros invitados vip como Efecto Mariposa o Sergio Dalma, actuaron juntos.
“¿Quién me iba a decir que nos íbamos a encontrar después de mucho tiempo en esos terrenos que nos gusta estar, tranquilos y relajados, con una guitarra en mano?”, ha manifestado con alegría. En cuanto a su tú a tú con el futuro marido de Chenoa, David de María le ha definido como “un tío encantador”.
La boda de Chenoa y Miguel Ángel Encinas estaba prevista para finales del mes de junio. Con motivo del estado de alarma, su celebración está en el aire. La cantante aún no se ha pronunciado sobre si la celebrará o la pospondrá, todo está a expensas del devenir de los acontecimientos.
Una situación inusual sobre la que su ex, que previsiblemente acudirá al enlace, ha dado su opinión. “El problema es que ya no va a ser una boda multitudinaria”, ha augurado. Poniendo de ejemplo el caso de los eventos deportivos, que probablemente se celebren sin público durante los meses de verano, “poca gente dejarán ir a una boda, no va a ser lo mismo”.