Con permiso de su hermano Colate, Samantha es la más vip de los Vallejo-Nágera. Muchos la descubrieron como la implacable captadora de talentos culinarios que es. Pero detrás de esos pendientes imposibles y ese rictus serio, la vida de esta chef de apellido aristocrático tiene mucha enjundia. Ella misma se define como deportista, apasionada de la comida, autora de seis libros y madre. Cleo, Pedro, Diego y Roscón son sus hijos, sus ojitos derechos, los cuatro miembros de una familia numerosa que formó hace ya 17 años junto su marido, el desconocido Peru Aznar.
Aunque las redes sociales son muy chivatas, a Samantha de España (nombre del catering que fundó hace más de veinte años) le ha tocado aclarar en más de una ocasión la existencia de su pareja sentimental. En su Instagram nos encontramos con mucha receta 'healthy', tardes de juegos con los peques, 'outfits' con bien de color y algún que otro plan en Pedraza, su adorado pueblo familiar. La presencia de Peru Aznar en sus posts es más bien escasa. Pero todo tiene su explicación.
"Cuando te metes en esto sabes a lo que te enfrentas , pero a mi marido la fama al principio no le gustaba mucho", confesó Vallejo-Nágera en una entrevista con su amigo Bertín Osborne. Cuando se conocieron, Peru ya se había divorciado de Dolores, la hermana de la escritora Carmen Posadas. Junto a ella tuvo a Sara, su primera hija, que actualmente lleva un conocido restaurante ubicado en La Latina. Y tras la ruptura comenzó a crear una "segunda familia".
Empezar una relación con Samantha implicó un cambio vital. Tras veinte años trabajando en La Rioja, en la fábrica de vino de Rueda, Aznar lo dejó todo para trasladarse a Madrid. "Le saqué de ahí y le traje a la capital", contó su mujer en su charla con el cantante, donde explicó que su marido trabaja ahora como director comercial para las bodegas Marqués de Riscal.
Aunque ni se acerca a la 'eat-girl' de su mujer en el terreno redes sociales, donde Samy se acerca a los 600 mil seguidores, el Instagram personal de Peru también nos dice mucho de cómo es este padre de familia en la intimidad. Un adicto al footing que ya ha participado en varios maratones, entre ellos el de Nueva York, una experiencia que recuerda como "inolvidable". Al igual que su mujer, él también es de hacer piña con su familia, unos planes en los que, si cocina Vallejo-Nágera, mucho mejor.
En cuanto a su relación de pareja, la reputada chef ya ha contado en más de una ocasión que el juez más exigente lo tiene en casa. "Mi marido es supercrítico conmigo, es imposible que me eche una flor", contaba con mucha ironía en 2015. Algo que, aunque de vez en cuando echa en falta por eso de alimentar el ego, es uno de los motivos por los que se enamoró de él hace casi veinte años: "A mí me gusta más eso que me alaben, eso me da más vergüenza".