Para algunos se trata de una leyenda urbana y para otros un hecho constatado, pero, ¿qué hay de cierto en que el sexo adelgaza? Lo cierto es que no es todo blanco o negro. Ni el sexo nos garantiza la pérdida de peso, ni podemos negar que, según cómo se practique y el estilo de vida que se lleve puede ser una gran ayuda a la hora de ponernos en forma.
Los partidarios de entender el sexo como una forma de adelgazamiento hablan de “sexercize” o “sexy fitness”, pero seguramente se muestran más optimistas de lo que deberían. Partiendo de que una tarde de sexo no es lo mismo que una tarde en el sofá viendo una película, ni una clase de spinning en el gym, te contamos qué circunstancias deben darse para que se convierta, además de en un buen rato, en un aliado para perder peso.
No se puede hablar de una cantidad fija de calorías por tiempo de sexo practicado. No hay una sola forma de practicar sexo, ni una sola postura, ni empleamos siempre la misma cantidad de energía. Luego hay que contar con los preliminares, que también suman (o no, si nos los saltamos).
Partamos de que un beso, sin entrar en más, consume 10 calorías aproximadamente. Cierto que no es una cifra relevante. Pero ahora vamos a imaginar un beso prolongado que acompañe nuestra sesión de sexo y ahí ya estaremos sumando calorías. Por cada 10 minutos de preliminares se consumen unas 25 calorías. Cuando llegamos a la actividad estrella, el coito, la cosa puede ponerse en hasta 600 calorías (unas 250 por cada 20 minutos).
Y si hay orgasmo, podemos sumar otras 100. Ahí es nada. Ahora, ya puedes imaginar que no estamos hablando de un sexo relajado, con poco esfuerzo y movimiento, sino de una sesión en la que pongamos toda la carne en el asador.
No es lo mismo ir al gimnasio tres veces por semana que ir un par de días al mes. Pues con el sexo ocurre lo mismo. Claro que puedes quemar calorías practicando sexo de manera ocasional, pero para que se termine notando la constancia es imprescindible. Y claro, no es lo mismo hacer un esfuerzo mental para conseguir la disciplina de ir a entrenar, que practicar sexo, que no debe esta exento de la voluntad individual de cada momento, del consenso de pareja y del sentimiento de deseo.
En cualquier caso, la realidad en cuanto a la posible pérdida de peso es la que es: solo teniendo relaciones de manera constante y de forma activa podremos apreciar un posible cambio a nuestro favor en la báscula.
Insistimos, practicar sexo no implica que nada de esto ocurra, pero sí que existe la posibilidad. La tonificación muscular de determinadas partes del cuerpo va a depender de las posturas, ya que de ellas va a depender qué músculos estemos trabajando: glúteos, piernas, brazos, abdomen… Es posible que en la clásica postura del misionero el hombre pueda fortalecer brazos al completo, mientras que en la del “perrito”, es la mujer la que más tonifica esa zona.
No te estamos animando, ni mucho menos, a que programes tus encuentros sexuales como si se trataran de de un entrenamiento programado en el gym, pero no está de más que notes qué partes del cuerpo son las que estás trabajando cuando realizas determinadas posturas.
Quizás, más que hablar de posturas que adelgazan, lo interesante sería hablar de actividad y esfuerzo. Es muy posible que pienses que se te ocurre poco más aparte de todo lo que ya haces con tu pareja, que seguro que es estupendo.
Pero si quieres seguir experimentando, tanto para darle caña al metabolismo como para enriquecer tu vida sexual, es momento de echarle un vistazo la guía fitness del sexo: el mítico Kamasutra. Ahí podrás ampliar horizontes y comprobar que, como en el resto de cosas, en la variedad está el gusto.
En cualquier caso, ya te anticipamos los nombres de algunas posturas que puedes tener (muy) en cuenta para quemar calorías: el acróbata, la carretilla, la catapulta, la balanza o el perrito, todo un clásico.
Una vida sexual sana y activa, en realidad, ofrece beneficios mucho más relevantes para la salud y el bienestar que la pérdida de calorías: